P: Sadhguru, has dicho que empezaste a practicar hatha yoga de niño. ¿Esto incluía Surya Kriya? Y, si es así, ¿cuál fue tu experiencia?

 Sadhguru: Cuando yo era niño, despertarme por la mañana solía ser un proyecto. Teníamos que ir a la escuela a las 8:30, así que, desde las 6:30, mi familia comenzaba el intento. Primero, mis dos hermanas mayores hacían su mejor esfuerzo. Yo seguía durmiendo. Luego traían agua fría y me la echaban en la cara; de nuevo me dormía. Entonces venía mi madre y me hacía sentar. Decía: «Bájate del catre y ven ya». «Sí, sí». En cuanto se iba, yo volvía a desaparecer.

Fundamentalmente, hice Surya Kriya, pero de una manera completamente diferente a como lo haces ahora.

Luego me sacaban de la cama y me llevaban cerca del baño para esperar mi turno. Solo había dos baños en la casa. Solo uno era un verdadero lugar para bañarse, el otro era un inodoro. Los cuatro hermanos teníamos que ir a la escuela, y mi padre tenía que ir al hospital, así que había un cierto tiempo permitido de uso del baño. Mi madre ponía pasta en el cepillo de dientes y me lo daba. Yo me lo metía en la boca y me quedaba dormido. Luego llegaba mi turno de entrar en el baño, yo entraba, me acostaba en el piso y volvía a quedarme dormido. Si nadie me despertaba, dormía hasta las doce o la una. Solo me levantaba si tenía mucha hambre. No es que estuviera fingiendo: simplemente tenía sueño. Cuando estaba activo, era superactivo. Si no, cuando dormía, desaparecía.

Entonces empecé a practicar yoga. Fundamentalmente, hice Surya Kriya, pero de una manera completamente diferente a como lo haces ahora. En unos seis u ocho meses de práctica, no importaba dónde estuviera, alrededor de las 3:30 o 3:40 de la mañana, siempre estaba levantado. Simplemente tenía que levantarme, no había ninguna duda al respecto. Mi cuota de sueño empezó a reducirse. A los trece o catorce años, siempre me levantaba antes que los demás.

Brahma Muhurta y el sol

Antes de que el sol comience a salir por el horizonte, aproximadamente entre las 3:20 y las 4:00 de la mañana, nos empieza a llegar la energía del sol. La luz aún no llega, pero la energía solar se eleva significativamente en el planeta a esa hora. Por la noche, la energía solar en realidad desciende mucho antes de la puesta del sol. En diferentes partes del mundo, el sol se pone a distintas horas, también dependiendo de la época del año. A medida que te acercas al ecuador, la puesta de sol se produce en algún punto entre las 6 y las 6:30 de la tarde.

En lo que a nosotros respecta, en este sistema solar, la fuente fundamental de nuestra energía y creación es el sol.

En la India, digamos que el sol se pone alrededor de las seis. En algún punto, alrededor de las 5:20 de la tarde, las energías solares comienzan a disminuir. La luz sigue siendo visible, pero la energía se desvanecerá. Debido al giro del planeta, el sol se aleja de nosotros y la energía comienza a retirarse. Es esa retirada de energía la que la gente experimenta como una especie de acontecimiento etéreo. Si realmente prestas atención a la puesta de sol, verás que hay una naturaleza trascendente en ella, porque lo que estaba allí y a plena explosión cerca del mediodía, de repente desaparece. Casi te deja sin aliento.

Por la mañana, en algún punto a partir de las 3:20, la energía solar comienza a subir. Llamamos a esto brahma muhurta. Brahman es una fuente abstracta de creación. En lo que a nosotros respecta, en este sistema solar, la fuente fundamental de nuestra energía y creación es el sol. Los billones de reacciones químicas que se llevan a cabo cada segundo en tu cuerpo no se producirían sin la energía solar. En el momento en que se inicia el brahma muhurta, tu cuerpo se despierta por sí mismo de forma profunda dentro de ti. En solo seis u ocho meses de práctica de Surya Kriya, empecé a despertarme antes que todos los demás. ¡Mi familia no podía creer que este chico realmente se despertara!

De qué tratan las kriyas en última instancia

Surya Kriya me puso en marcha. No fue el ejercicio. Es simplemente que te pones en sintonía con esa energía y, de repente, todo se pone en marcha. De esto tratan las kriyas. Una kriya no consiste en conducirte en alguna dirección, sino en alinearte correctamente con todo. Cuando todo está alineado, es tan suave, no hay fricción. Donde no hay fricción, no hay desgaste, no hay estrés. Donde no hay fricción, se puede continuar incesantemente. Donde hay fricción, se necesita más descansos.

Una kriya no consiste en conducirte en alguna dirección, sino en alinearte correctamente con todo.

El proceso del yoga es justo esto (en muchos niveles): crear un alineamiento con el resto de la existencia. La única manera en que conoces el yoga es cuando estás en perfecto alineamiento. No tienes que crear un alineamiento con algo externo. Si llegas a un alineamiento perfecto con tu propio sistema, naturalmente, habrá un alineamiento perfecto con todo. Cuando esto ocurre, todo sucederá de acuerdo al orden natural.

No habrá ninguna lucha sobre cuánto comer, cuántas calorías consumir, cuánto ejercitarse, qué hacer; todas estas tonterías desaparecerán. Simplemente sabrás qué hacer con tu vida, sin siquiera pensarlo, porque a esta vida se le ha invertido la inteligencia necesaria. Es la misma inteligencia que fabrica tu cuerpo y tu cerebro desde dentro.

  

Nota del editor

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