¿Existen las almas gemelas?

Sadhguru: El cuerpo necesita una pareja. Si no está bien desarrollada, quizá tu mente necesite una pareja. Si tus emociones no se han vuelto totalmente inclusivas, necesitan una pareja. ¡Al menos tu alma debería estar libre de anhelos!  

El alma no necesita una pareja, ni se ha creado alguna persona perfecta para ti.

Cuando las personas dicen «alma» se refieren a algo más allá de lo físico. Si hay algo más allá de lo físico, ¿necesitaría una pareja? Una pareja significa un compañero. Podría deberse a necesidades físicas, psicológicas o emocionales, o podría ser por trabajo, pero la pareja aparece solo cuando hay un cierto sentido de incompletud. A lo que sea lo que te refieras como alma, al menos esa única cosa debería estar completa.

Existe la idea de que hay un alma gemela en alguna parte, que Dios creó a una persona más justo para ti. Pero, en estos días, cada dos años sigue creando a una persona más justo para ti. Obviamente, ¡Dios está cometiendo demasiados errores contigo! No existe tal cosa. El alma no necesita una pareja, ni se ha creado alguna persona perfecta para ti. Si piensas que eres perfecto y que Dios te eligió y creó a otra persona perfecta en algún otro lugar, vas camino al desastre.

Las almas gemelas y el amor

¿Por qué la gente busca una relación? Podría ser por razones físicas; a eso lo llamamos sexualidad, y puede ser muy hermoso. Podría ser por razones mentales; a eso lo llamamos compañía, y también puede ser hermoso. Podría ser por razones emocionales; a eso lo llamamos amor, y ha sido exaltado legendariamente como la experiencia más dulce. Ciertamente, la compatibilidad física, el compañerismo y el amor pueden hacer que la vida sea maravillosa; pero, si eres honesto contigo mismo, no puedes negar la ansiedad que conlleva un acuerdo de ese tipo. Es sabio ser honesto sobre las limitaciones y condiciones dentro de las cuales opera una relación. La ventaja de ser realista es que, cuando mañana te enfrentes a limitaciones, encontrarás una forma madura de afrontarlas. Si empleas términos como «alma gemela» o proclamas que tu relación está «hecha en el cielo», la desilusión es inevitable.

Solo cuando el amor se vuelve totalmente inclusivo, tocas lo ilimitado. Y es entonces cuando te das cuenta de una simple verdad: el alma no necesita una pareja.

Si tienes demasiadas ilusiones románticas, aunque estés casado con la persona más maravillosa, definitivamente se irá a pique, porque no puedes engañarte a ti mismo por siempre. Si quieres vivir con sensatez y alegría, es importante recordar que el matrimonio es un acuerdo humano, no celestial. El matrimonio puede ser una experiencia muy agradable siempre y cuando sepas que no es lo supremo.

El éxito de estas relaciones dependerá de la madurez y sensibilidad con que las abordemos. No estoy siendo cínico sobre el amor. El amor es una de las cualidades más bellas de las que es capaz el ser humano. Muchas culturas han suprimido el amor; otras han intentado exportarlo al cielo. Pero el amor es de este planeta, y es profundamente humano. ¿Por qué negarlo?

El amor no necesita un objeto. El amor es simplemente una cualidad. Si la persona que amas no está en tu presencia física, sigues siendo capaz de amarla. Si las personas a las que amas dejan de existir, sigues amándolas. Esto significa que utilizas a las personas a tu alrededor como meros estímulos para encontrar la expresión de esta cualidad innata. Si traes suficiente consciencia a tu intelecto discriminatorio, el amor es la única forma en la que puedes ser. El amor no es algo que haces. El amor es tu forma de ser. El amor es simplemente la vida que se anhela a sí misma. Este anhelo es, esencialmente, por volverte plenamente inclusivo e ilimitado. Solo cuando el amor se vuelve totalmente inclusivo, tocas lo ilimitado. Y es entonces cuando te das cuenta de una simple verdad: el alma no necesita una pareja. Nunca la ha necesitado.

¿Cómo saber si encontraste a la persona adecuada?

Es cierto que ciertas conexiones «kármicas» pueden atraer a unas personas hacia otras. Esto no significa que serán relaciones ideales. No existe la «persona correcta» en este planeta. Si pones tu corazón en algo, puede volverse maravilloso. ¿Es esto lo correcto? No existe lo correcto. Si entras en ese tipo de mentalidad poco realista de que encontraste a la persona correcta, pronto te sentirás decepcionado. Si entiendes que tú tienes tus tonterías y ellos las suyas, podemos ajustar tonterías con tonterías y seguir adelante.

En lugar de intentar trabajar sobre alguien y arreglarlo, si trabajas sobre ti mismo y te haces tan maravilloso que todo el mundo quiera estar contigo, entonces hay opción.

Debemos entender que las relaciones se forman por diversas necesidades. Cuando acudes a alguien con tantas necesidades, vas como un mendigo, y un mendigo no puede elegir. Si realmente quieres hacer una elección en este mundo, lo primero y más importante es que te sitúes en un lugar donde tu experiencia de vida sea simplemente agradable por ti mismo. Ahora, veamos qué es lo que esto atrae. Si eres realmente maravilloso, ocurrirán cosas en todos los sentidos. Te ocurrirá lo mejor en términos de carrera, matrimonio y relaciones porque te hiciste a ti mismo así. En lugar de intentar trabajar sobre alguien y arreglarlo, si trabajas sobre ti mismo y te haces tan maravilloso que todo el mundo quiera estar contigo, entonces hay opción.

No encontrarás a ninguna persona perfecta. Si inviertes un profundo sentido de involucramiento, puede ocurrir algo maravilloso, no porque la otra persona sea fantástica. No importa incluso si eliges a un tonto. Si te involucras, puede resultar muy hermoso. Puede que hayas elegido a la persona más inteligente del universo, pero podría ser un desastre. No pienses en términos de «hechos el uno para el otro», es una tontería. En realidad, eliges lo opuesto. Pero, al cabo de poco tiempo, lentamente empiezas a esperar que sea como tú. Esto es un grave error. Si hubiera una persona más como tú en casa, ¿podrías vivir allí? Deberías alegrarte de que sean diferentes. Es maravilloso que nadie sea como tú en este planeta. No busques semejanza.

   

Nota del editor

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