Pregunta: Mi madre tiene un dilema en la vida; consiste en que no puede aceptar la verdad cuando yo se la digo. Y, cuando ella dice la verdad, nadie puede aceptarla. Aun así, continuamente ella quiere decir la verdad y quiere una solución para poder hacerlo.

La naturaleza de la verdad y la acción

Sadhguru: Si no puedes decir la verdad, no digas nada. Mantén la boca cerrada, si tú mismo te encuentras en una situación donde las personas no son lo suficientemente maduras para digerir la verdad. Pero, si no dices nada, dependiendo de cómo estés hecho, la verdad podría estallar de alguna otra manera y la gente lo notará.

Crees que hay algo llamado verdad o falsedad cuando, en realidad, hay una sola verdad. Cualquier cosa que hagas —ya sea que hables, uses tus extremidades o incluso solo mires—, todo ello es una forma de acción. Cuando realices cualquier acción, debes verificar si esta es únicamente para ti mismo, o si es inclusiva por naturaleza. Esa es la única verdad que existe.

La verdad sobre la vida está en la vida misma, no en tus palabras.

Si te sientas aquí sin ninguna sensibilidad hacia cualquier otra vida a tu alrededor, incluidos los seres humanos, vives una gran mentira. Cuando hablas de hechos puedes elegir qué aspectos de tu vida quieres compartir y con quién. Si careces de esta sensatez, harás el ridículo. Ejercer discreción no significa que no digas la verdad.

La verdad sobre la vida es que, al sentarte aquí, lo que tú exhalas los árboles lo inhalan. Lo que los árboles exhalan, tú lo inhalas. Si los excluyes a ellos, tú eres una mentira. Tu vida es consecuencia de billones de vidas. Desde microorganismos hasta gusanos e insectos, todos ellos contribuyen en este momento para mantenerte vivo. ¿No es eso la verdad?


Vivir en inclusión y gratitud

La verdad sobre la vida es que no somos la raíz de la vida; somos una consecuencia de ella. Todas las demás formas de vida en este planeta han contribuido a nuestra existencia. Si vives sin ningún sentido de inclusión, eres una mentira viviente.

La naturaleza de la vida es tal que la vida no puede ocurrir por sí sola, ocurre gracias a todo.

Tú no eres una vida individual aunque, en tu mente, puede que pienses que lo eres. En realidad, tú eres una consecuencia de esta gran masa de vida. En este fenómeno de la vida, tú tan solo eres una aparición. La magnanimidad de la creación te ha dado una experiencia individual. Y tú te la tomas tan en serio que piensas que aterrizaste aquí tú solo. No, tú surgiste «reptando» de esta tierra, y volverás a «reptar» hacia ella.

Si vives sin ningún sentido de inclusión, eres una mentira viviente.


Quiero que veas el inmenso proceso por el que ha pasado cada bocado de comida que te comes. Millones de organismos, gusanos e insectos contribuyen a hacer que un grano crezca de la tierra. Alguien lo cultivó, alguien lo cosechó, alguien lo limpió, alguien lo vendió al por mayor y, después, alguien lo vendió al por menor. Hoy, alguien lo cocinó. Incluso si tú no puedes sentir todo esto mientras comes, al menos ten un poco de gratitud hacia toda la vida que sostiene tu vida. Sin eso, eres una mentira viviente.

Entonces, ¿deberías decir la verdad o no?

La verdad y las mentiras están en la manera como sostienes la vida, como vives la vida y como experimentas la vida, no en las tonterías que hablas. Lo que hablas es irrelevante. Cuando luchas contra eso, harás cosas idiotas en nombre de la verdad. Tales situaciones te habrán ocurrido ya desde la infancia. Digamos que, cuando eras un bebé pequeño, probaste un caramelo de menta y te gustó. Para cuando cumpliste 5 o 6 años, tu madre te dijo «No», y tú protestaste. Entonces, ella hizo algún truco y te dijo que ya no había ninguno.

Si te hubieras comido todo el frasco de caramelos de menta te habrías enfermado. Ella conocía la verdad en términos de la vida; no se trata de la verdad verbal o de las mentiras verbales. A partir de su preocupación por ti, ella mentiría, haría drama, lo que fuera necesario. De manera similar, a partir de tu preocupación por toda la vida a tu alrededor, tú haz el tipo de drama que sea necesario.

O considera este escenario: hay personas que quieren ir al cielo, pero que te quieren llevar con ellas; podrías llamarlas terroristas. Si una persona así viniera a nuestra puerta y preguntara «¿Hay alguien aquí?», ¿la persona en la puerta debería decir la verdad? Probablemente dirías que no. La verdad sobre la vida está en la vida misma, no en tus palabras.

Comprender la naturaleza efímera de la vida

Es así: cuando sale el sol, muchas cosas que tú no podías ver en la oscuridad, o que ni siquiera sabías que existían, se vuelven visibles. Si te sientas afuera en el jardín antes del amanecer, no verás nada. Pero, a medida que el sol sale, lentamente todo se vuelve real. Lo que aparentemente no existía, de repente, comienza a existir.

Quizás tú hayas visto cómo, durante las lluvias intensas en la India, aparecen de repente hormigas voladoras. Vuelan durante una hora o dos y luego se les caen las alas y la mayoría de ellas mueren. Todo su ciclo de vida se termina en tan solo unas pocas horas. Porque puedes visualizarlo en ese contexto, sabes que su vida es así de breve. Pero una montaña podría mirarte y pensar que tú eres una hormiga voladora. La montaña ha visto a miles de generaciones ir y venir, y cada una de estas generaciones habría pensado que era la más grande e importante. Esta es la naturaleza de la vida. Si no entiendes esto, eres una mentira viviente.