Dándole un giro, un cuadrado de Planilandia viaja a la tercera dimensión, lo que le otorga una perspectiva sin precedentes, antes inimaginable desde su punto de vista bidimensional convencional. Tras el regreso del cuadrado a Planilandia, sus compañeros de Planilandia, incapaces de comprender sus extraordinarias revelaciones sobre la tercera dimensión, reaccionan con una mezcla de asombro y recelo.

El dilema de la percepción y la perspectiva

Sadhguru: Carl Sagan habló sobre la difícil situación del cuadrado cuando intentó explicar lo que percibió en el mundo tridimensional. Esto supone un serio desafío, por el que a menudo eres tachado de lunático. Esta idea puede surgir porque algunas personas con trastornos mentales afirman ver cosas que no existen. La mayoría de las veces, ver este tipo de cosas puede deberse a un trastorno psicológico, pero existe una dimensión más allá de la percepción común. Hay fuerzas como esta en la existencia.

Cada cultura y civilización tiene su propia versión de Dios. No estoy diciendo que Dios no exista o que los demonios sean una realidad. Existen fuerzas que están más allá de la dimensión en la que te encuentras. Adquirir dominio sobre estas fuerzas permite utilizarlas de ciertas maneras, pero ello conduce a diversas situaciones que hay que afrontar. Lidiar con este tipo de cosas requiere un nivel de sadhana totalmente distinto.

En este punto, si acaso llegas a ver algo, simplemente ignóralo y sigue adelante. Ver algo por el rabillo del ojo mientras avanzas hacia tu meta espiritual está perfectamente bien, pero no busques activamente estas otras dimensiones. No porque sean una amenaza, sino porque si entras, es posible que no sepas cómo salir. Existen en un espacio que tú no entiendes. Probablemente no entrarías en un callejón oscuro por la noche, porque allí podrían haber fuerzas capaces de absorberte. No todo el que entra en un callejón oscuro es robado, violado o asesinado, pero ocurre con suficiente frecuencia como para que tengas cuidado.

Sin esta dualidad, la creación no sería posible.

No estamos hablando, en este caso, solo de un callejón oscuro, sino de una dimensión completamente diferente. Si te metes ahí, no tienes ni idea de cómo lidiar con esas fuerzas. No necesariamente porque quieran perjudicarte. Supongamos que escalas una montaña y descubres que en realidad es un volcán. Un volcán no está esperando ahí, hirviendo ahí con la boca abierta para atraparte. Pero si entras, no sabes cómo salir.

Los riesgos de adentrarse en territorios desconocidos

Del mismo modo, estas fuerzas no necesariamente te persiguen, pero si entras en su territorio, no sabes cómo salir, te quedas atrapado. Y hemos visto a innumerables personas infligirse graves daños, a veces incluso la muerte, por haber tocado dimensiones que no pueden manejar. Aunque te sucedan cosas buenas, podrían destrozarte si no estás preparado para ellas.

No estoy diciendo que nunca lo vayamos a tocar. Pero si te esfuerzas por ver, tal vez comiences a imaginar. Si mejoras tu visión, naturalmente verás todo lo que vale la pena ver. He visto seres de otros lugares que han entrado en nuestro reino. Pero no soy tan tonto como para entrar en su reino. Se necesita cierto nivel de estupidez para meterse en un volcán para ver qué es.

Algunas de estas fuerzas son seres incorpóreos; quizá no estén en tu percepción, pero pertenecen a esta dimensión. Luego están los yoguis que vagan, siempre buscando una determinada posibilidad; cuando la ven, convergen en esa dirección. Y luego hay dimensiones completamente diferentes.

Por ejemplo, en Kailash y Manasarovar, vimos una dimensión que era completamente nueva para mí; no pertenece a nada que conozcamos como vida. No tienen ninguna relevancia en tu vida, pero si generas cierto tipo de energía, se sienten atraídos por ella. Y luego están las que la gente suele llamar fuerzas divinas, que pueden adoptar casi cualquier forma que deseen.

Comprender la complejidad de la existencia

Hay muchas variedades de cosas, y no es fácil distinguirlas entre sí. Aquí nadie conoce todos y cada uno de los aspectos. Cuando dices que alguien está iluminado, no significa que lo sepa todo. Pero si me esfuerzo personalmente, podría conocer fácilmente todos estos aspectos.

Imagina un hotel con 1000 habitaciones. Como huésped, solo tienes una llave para abrir tu habitación. El personal de limpieza tiene una llave para abrir todas las habitaciones de la planta que le corresponde. El gerente del hotel tiene una llave maestra que abre todas las habitaciones. Probablemente no hayan explorado cada una de las 1000 habitaciones, pero si tuvieran el tiempo, las ganas y el interés, podrían hacerlo, aunque sería una tarea tediosa.

La existencia es mucho más de lo que jamás puedas imaginar y contemplar; por lo tanto, es natural que surjan cierta reverencia y asombro.

Lo mismo ocurre con la existencia. La existencia no es un hotel de 1000 habitaciones, es un hotel de mil millones de habitaciones. ¿Quién tiene la energía y el interés para abrir cada una de ellas? Abres algunas y miras, solo para confirmarte a ti mismo que hay muchos aspectos de la vida además de ti. Eso es suficiente para vivir bien, para trascender, para transmitir, para todo. Si intentaras profundizar en todo, necesitarías una vida de 10,000 años, y tendrías que practicar una sadhana completamente diferente y hacer todo tipo de cosas, lo cual me parece un desperdicio.

Maravilla y reverencia por la existencia

Esto no significa que nunca se deban observar otras dimensiones. Si te vuelves lo suficientemente fuerte y estable como para contemplar tales fuerzas, estas se harán evidentes de forma natural. Pero no debes buscarlas activamente. Su naturaleza es tal que, hagas lo que hagas, no puedes comprenderlas. Si esas fuerzas entran en tu plano y las miras, es una cosa. Que tú intentes entrar en su terreno es un asunto completamente diferente.

Una vez que comprendes que la existencia se manifiesta de muchas más formas de las que conoces, te inclinas con reverencia. La existencia es mucho más de lo que puedas imaginar y contemplar; por lo tanto, es natural que surja cierta reverencia y asombro, y una abrumadora experiencia de la vida dentro de ti, en cada momento de tu vida.