Sadhguru:Todo el mundo hace elecciones, pero las elecciones hechas sin consciencia son compulsiones. Digamos que te enfadas ahora mismo. En realidad, es tu elección estar enfadado. De algún modo, crees que esa es la manera de manejar la situación, pero la elección se hace con tanta inconsciencia que es una compulsión. Está sucediendo compulsivamente en un nivel diferente. Así que estás viviendo por elección, pero las elecciones se hacen sin consciencia, son elecciones inconscientes. Todo consiste en pasar a tomar decisiones conscientes.

Incluso con un acto tan simple como despertarse por la mañana, la elección inconsciente es que no quieres despertarte. Cuando sale el sol, quieres subir la sábana un poco más para cubrir tu cara. Esta es la elección inconsciente. Tu cuerpo físico quiere permanecer en la cama durante más tiempo. Por muchas razones, no quiere levantarse. Hay tantos aspectos de la vida y tantas limitaciones en tu experiencia de la vida que, en muchos sentidos, inconscientemente, no estás deseando empezar el día.

Digamos que mañana has planeado hacer un picnic. Antes de que salga el sol, te despertarás. Conscientemente, lo has decidido el día anterior y estás emocionado. Estás esperando con ansias el día de mañana. Es una experiencia alegre. De lo contrario, inconscientemente, tratas de subir la sábana para cubrir tu cara, porque esta luz no es algo que estés deseando. Con la luz, llegan los precios de la bolsa de hoy; con la luz, llegan los problemas de hoy; con la luz, llega el mundo entero a tu vida. Inconscientemente, estás tratando de protegerte de eso.

Pero, ahora, hacemos una elección consciente para despertar. Incluso, después de despertarte, la elección inconsciente es que quieres beber una taza de café. El cuerpo se siente cómodo con eso. Pero, ahora, puedes hacer una elección consciente: «No, me daré un baño con agua fría y haré mis yogasanas».

Hacer lo que es incómodo

Una de las razones por las que se establecieron los caminos ascéticos es simplemente por esto: empiezas a hacer cosas que no son naturalmente cómodas para ti. Si tienes que hacer algo que no te gusta, solo puedes hacerlo conscientemente. No hay otra forma de hacerlo. Las cosas que te gustan, puedes hacerlas compulsivamente; pero las que no te gustan, solo puedes hacerlas conscientemente. Por eso, existe el camino ascético. Empiezas a hacer todo conscientemente. No hay otra manera de ser. Practicas cómo ser consciente en varias situaciones de tu vida.

Cuando sale el sol, quieres subir la sábana un poco más para cubrir tu cara. Esta es la elección inconsciente.

Cuando tienes hambre, el impulso natural es agarrar comida y comer. Pero haces una elección consciente: «Tengo mucha hambre, pero no voy a comer». Para mantenerse alejado de la comida, no hay otra opción que ser consciente de ello. Para comer, no hace falta tener consciencia; simplemente puedes ir y agarrar la comida cuando tengas hambre. Estas cosas sencillas se establecen en la vida para que empieces a hacer las cosas más conscientemente.

Tal vez, al principio, tu consciencia solo dure media hora al día; pero, poco a poco, estás trayendo la consciencia a varios aspectos de la vida. La idea de cultivar la consciencia es para que lentamente se filtre en tu vida. Una de las cosas que hace es mejorar la calidad de tu vida. Pero eso no es todo. El aspecto principal es que, si puedes mantener la consciencia en varios tipos de situaciones de la vida, solo entonces, serás capaz de ser consciente en ese momento en que tienes que desprenderte del cuerpo. De lo contrario, eso nunca surge en tu vida.

Nota del editor

Para profundizar en el tema de cómo elevar la consciencia, mira el siguiente video en el que Sadhguru explica que, si entramos a un lugar oscuro y subimos el voltaje, de repente, se ilumina más y más. La consciencia significa que estás bien iluminado en tu interior, así que ves todo tal y como es.

En el libro Ingeniería Interior: Guía yogui para alcanzar la alegría y el gozo, Sadhguru expone la ciencia clásica del yoga como medio para que nos convirtamos en los arquitectos de nuestra propia alegría.