S i hay un problema en tu vida, podrías intentar dejarlo ir. Las personas te dicen: «Si no puedes encontrar una solución a un problema, déjalo ir, ríndete». Puede que tú lo dejes ir, pero el problema tal vez no te deje ir a ti. Esto sucede siempre, las personas sacan préstamos del banco, pero no los pueden pagar. Ellos quieren dejar ir el préstamo, pero el banco no te va a dejar ir. La vida es así: si te metes en alguna situación, es como una deuda. Tienes que pagarla, no con dinero, sino con vida. Si eres listo, pagarás de una manera; de lo contrario, pagarás de otra manera, pero tienes que pagar.

En la vida no hay problemas, solo hay situaciones.

Todo problema es un problema solo porque tú lo llamas así. En la vida no hay problemas, solo hay situaciones. Todo es una situación. Si lo llamas «problema» se vuelve un problema. Si lo llamas «maravilloso» se vuelve maravilloso. En algún lugar, ahora mismo, alguien se está casando, pero no quiere hacerlo. Cree que es un gran problema. ¿Sabes cuánto sufrimiento puede causar esto? Alguien más se está casando pero sí quiere, ¿sabes qué tan maravilloso será su día? Es solo una situación; el que se convierta en un problema u otra cosa es solo por la forma en que lo abordas. Ninguna situación es hermética porque cada situación está evolucionando. Si no quieres estar en una situación, quieres estar en otro lugar, entonces observa la situación de cerca y verás dónde están las puertas. Si solo quieres una bocanada de aire fresco, puedes abrir una ventana y relajarla un poco. Si quieres salir, puedes abrir la puerta y salir, es tu elección. Si te quedas, hay una consecuencia y, si te vas, hay una consecuencia. ¿Estás listo para enfrentar la consecuencia?

El problema con la mayoría de las personas es que quieren la situación, pero no quieren el precio que conlleva. Si quieres comprar ropa, pero no te gusta el precio, la única opción es convertirte en ladrón. Si te conviertes en ladrón, puedes tener todo gratis, pero siempre vives con miedo y, en cualquier momento, te puedes convertir en un «huesped del estado». De otra manera, si quieres algo, hay un precio. Si vale la pena o no el precio es lo que tienes que estimar en tu vida.

Puedes decidir comprar algo si cuesta diez rupias, pero si cuesta once rupias, no lo comprarás: ese es tu criterio. De manera similar, con cada situación —no solo situaciones monetarias sino toda situación— hay un precio. Debes evaluar si vale la pena pagar el precio. Solo tú puedes hacer eso. Puede que yo la vea desde una perspectiva diferente y piense que toda la situación es ridícula, pero puede que sea valiosa para ti. No le corresponde a otra persona hacer este juicio, tú debes evaluar cuál es el precio que exige esa situación y si estás dispuesto a pagarlo. Una vez que te decidas, paga el precio con alegría. Si no pagas el precio con alegría, la tendrás y serás miserable. Una vez que has decidido, no hay nada correcto ni incorrecto. No hay tal cosa como una «buena vida». Pero, si te dedicas de todo corazón a algo, es una vida genial. Si realmente te entregas a algo, sin importar qué tan simple sea, puede ser genial en tu experiencia. Alguien más puede ver tu vida y pensar que es basura. Ese es su problema. En tu experiencia, tu vida es genial y eso es todo lo que importa.

Un verdadero problema sería que no hubiera situaciones nuevas en la vida de uno, lo que significa que la vida está en modo de estancamiento.

Asi que, si quieres evaluar, lo que se necesita es involucramiento, no dejar ir. Cuando estás profundamente involucrado con la situación y lo conoces todo acerca de ella, puedes hacer un juicio. Cualquier juicio que hagas solo será valioso si está bien informado. Si no sabes mucho acerca de la situación y haces un juicio, este está destinado a no tener ningún valor. Asi que, en cualquier situación dada, no intentes dejar ir, o distanciarte o desprenderte. Involúcrate absolutamente. En tu involucramiento, conoces la situación. Cuando conoces la situación, ves el precio que la situación demanda en tu vida. Si permaneces ahí, hay un precio; si te vas, hay un precio. Debes ver cuál precio estás dispuesto a pagar. No hay nada correcto; la cuestión es si es lo apropiado en tu vida.

La vida es un continuo de situaciones, si estás en una trayectoria de crecimiento, estarás constantemente enfrentando situaciones que tal vez no sepas cómo manejar. Estas situaciones pueden ser desafiantes, pero no son un problema. Un verdadero problema sería que no hubiera situaciones nuevas en la vida de uno, lo que significa que la vida está en modo de estancamiento. Si quieres estar continuamente en un proceso de crecimiento dinámico, estarás constantemente en situaciones nuevas que puede que no sepas necesariamente cómo manejar. Si estás enfrentando muchos de estos así llamados problemas, estás viviendo una vida de gran posibilidad.

Amor & y Gracia