Sadhguru nos cuenta una historia sobre Shiva, para ilustrar por qué las prácticas yóguicas a menudo se hacen en series de tres.   

Pregunta: Las prácticas yóguicas a menudo se hacen en series de tres. ¿Hay alguna razón para ello?

Sadhguru: Hay muchas formas de verlo. Esta es una cultura dialéctica. Una historia dirá una cosa, pero significa otra cosa. Está intencionalmente estructurada de esa forma para evolucionar nuestra lógica. Si te aproximas a todo en la vida en forma 100% lógica, serás muy hosco. En algún lugar tienes que tocar la zona gris. Si todo es blanco o negro para ti, nadie puede estar contigo. Crees que estás lógicamente en lo correcto, pero nadie te soporta porque es una lógica burda. Así que desarrollamos otro tipo de lógica.

La ciencia moderna la llama «lógica difusa», que es una buena manera de describirla. Pero esto es más que lógica difusa: es cultura dialéctica. La mayoría de los países asiáticos y grandes partes de África son culturas dialécticas; pero, aquí en la India, la hemos evolucionado hasta convertirla en un proceso completamente diferente, usándola particularmente para describir cualquier cosa espiritual. Las culturas dialécticas no expresaron las cosas lógicamente al 100%. Superficialmente, parece una historia fantástica. Pero, si profundizas lo suficiente, hay lógica en ella.

Sabes, el yoga comenzó con Adiyogui, y uno de sus nombres es Tripurantaka. Voy a acortar la historia porque, con las historias indias, incluso una subhistoria durará días, y esto es intencional, porque la idea de la historia es llevarte lógicamente hacia un reino ilógico. De lo contrario, es muy difícil para un ser humano aplacar su lógica porque es lo único que lo ha dirigido a lo largo de la vida hasta ahora.

Si te digo, «Déjala. Ríndete. Haremos algo contigo», puede que digas «Sí», pero te aferrarás a tu lógica. Si algo no encaja en tu lógica, tu mente naturalmente lo rechazará. Entonces la historia te lleva lógicamente a un lugar más allá de tu actual nivel de lógica. No te diré toda la historia porque eso me llevaría un día entero.

Había un rey rakshasa. «Rakshasa» se traduce generalmente como 'demonio', pero no son necesariamente demonios. Son personas de diferente tipo que no se ciñen a las leyes de la sociedad. Un rakshasa es alguien que se rige por sus propias pasiones, su propia lujuria y sus propias necesidades. Conquistar, violar y tomar cosas es normal para él.

Este rey rakshasa se volvió muy poderoso; tan poderoso que construyó tres ciudades que flotaban en el cielo. Gobernaba estas ciudades y, cuando quería, venía a la tierra y la asolaba. No había ninguna competencia para él. Él era un guerrero tal y sus ejércitos eran tan fuertes que nadie podía detenerlo. Aterrorizaba a todos los demás: a seres humanos y a dioses. En aquélla época, la población de dioses en el país era mayor que la población humana. Ya entonces teníamos 330 millones de dioses ¡y no la misma cantidad de gente!

Tantos dioses y, aun así, este hombre no guardaba santidad por nada. Simplemente arrasaba con todo lo que veía. Nadie podía matarlo; nadie podía conquistarlo. Llamaron a todos los devas. Todos los héroes fueron a luchar contra él, pero no solo los venció, sino que los deshonró de todas las maneras posibles. Se aseguró de ser él el poder. En ese entonces, Shiva tenía los ojos cerrados. Acudieron a él y le suplicaron durante años, pero él no abrió los ojos; estaba en alguna otra parte. Luego Vishnu encontró una manera de abrirle los ojos y le dijeron: «Solo tú puedes detener a este hombre». Pero el rakshasa había obtenido la bendición de que ninguna ciudad individual suya podía ser destruida por ningún ejército. Shiva vio que no podía derribar estas ciudades individualmente, tenía que derribar las tres a la vez. Así que disparó una sola flecha que atravesó las tres ciudades, y estas cayeron.

«Tri-pura» significa 'tres ciudades'. «Tripurantaka» significa 'el que acabó con Tripura'. La historia de Shiva demoliendo las tres ciudades con una sola flecha se refiere a las tres dimensiones fundamentales de lo que eres. Esto se puede expresar de muchas maneras diferentes. En términos de cualidades, estas tres dimensiones se denominan tamas, rajas y sattva. En términos de manifestación física, las llamamos pingala, sushumna e ida. Estos tres nadis son la manifestación de quien eres. Luego están las tres fuerzas tierra, luna y sol. Y las tres dimensiones de la propia existencia aquí: pasado, presente y futuro. Esencialmente, la vida sucede entre estas tres. Puedes verla como pasado, presente y futuro. O puedes verla como ida, sushumna y pingala. O puedes verla como tierra, sol y luna. Si tratas de conquistar solo una de las tres, estarás en un viaje interminable porque las tres son internamente una. En el yoga, y en el proceso espiritual, mucha gente trata de hacerse cargo de una sola cosa, lo cual es un esfuerzo desesperado.

El mensaje es: a menos que les dispares a las tres a la vez, nunca saldrás victorioso. Se trata de un mensaje espiritual presentado por medio de una historia elaborada. Cómo se convirtió en Tripurantaka es todo un libro por sí mismo. Cómo combatió a la Tripura, las numerosas armas que usó, todo lo que sucedió; todas estas cosas describen las luchas de un ser humano que intenta conquistar un aspecto de su vida. Alguien intenta conquistar su mente sin conquistar su energía, puede esforzarse todo lo que quiera, no lo conseguirá. Alguien intenta disciplinar el cuerpo sin hacerse cargo de la mente y la energía; haz lo que quieras, no va a suceder. La mente, el cuerpo, la energía; el sol, la luna, la tierra; todos estos son tres. A menos que se les dispare con una sola flecha, no caerán.

Nota del editor

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