El yogui y místico Sadhguru responde a una pregunta sobre cómo controlar los pensamientos durante la meditación. Destierra varios mitos sobre el control de los pensamientos y explora cómo podemos hacer que la mente deje de ser un proceso compulsivo para convertirse en un proceso totalmente consciente.  

Pregunta: Namaskaram. Durante la práctica de las kriyas, siempre existe este desafío de los pensamientos que entran en mi mente. Me esfuerzo bastante por mantenerlos alejados y concentrarme en la kriya, pero esto no funciona en realidad. ¿Cómo controlar los pensamientos durante la meditación o las kriyas?

Sadhguru: Te concentras intensamente y tratas de desterrar los pensamientos y ellos no se van. Esta es la naturaleza de la mente, pero parece que tienes muchos prejuicios contra tu mente. Cuando estás haciendo tu kriya o tu meditación, no te molesta si tus riñones o tus pulmones están funcionando o si tu corazón está latiendo. No te molestan todos los demás procesos del cuerpo, ¡solo tu cerebro no debe funcionar! La noción de que, si haces algo espiritual, tu cerebro debería dejar de funcionar es simplemente errónea.

Tus pensamientos son solo los olores —ya sea la fragancia o el hedor— de las cosas que llevas dentro de ti. No surge nada nuevo. Si no dejas que entren en tu cerebro las cosas que has recogido, tu cerebro funcionará de manera fenomenal. Puede hacer cosas que no habías imaginado posibles. Pero, en este momento, está lleno de tu propia basura: esa es la lucha; por eso quieres que se detenga. En lugar de que el cerebro sea la corona de tu vida, se ha convertido en el cubo de basura de tu vida. Físicamente, es la corona. En el simbolismo del yoga, el Sahasrar es un loto con mil pétalos; «mil» no como un número literal, sino como algo innumerable. Si tu cerebro estuviera enraizado en el proceso existencial, se abrirían innumerables posibilidades. Pero, en este momento, tu cerebro solo está enraizado en el proceso mental.

Ahora bien, puedes decir: «Sadhguru, eso es exactamente lo que estoy diciendo: ¿cómo controlar los pensamientos?». No, eso no es lo que estás diciendo. No quieres que tus pensamientos interfieran con tu idea ilusoria de la iluminación. Ilusoria, porque la iluminación no es algo que tú causes. Tú no causas la luz, pero ves la luz. Cuando sale el sol por la mañana, tú no causas la luz, pero eres capaz de verla, si tus ojos están abiertos. Si tú causas la luz —digamos que con una antorcha o por cualquier otro medio— siempre tienes que mantenerla prendida y siempre existirá el temor de que se apague.

La diferencia entre la educación y la iluminación es justamente esta: puedes educarte con uno, diez o mil libros, pero aun así te quedarás sin material en algún momento. La iluminación significa que no te has educado con libros: simplemente estás ahí; es un proceso interminable. ¿Hay algo en particular que una persona iluminada sepa que tú no sepas? No. ¿Hay algo en particular que una persona iluminada no sepa? No. No estoy jugando con las palabras. Esta es la naturaleza de la existencia.

Una mente ineficiente

Lo que está ocurriendo en tu hígado y tus riñones es mucho más complejo que los pensamientos que generas. Si la actividad de tus órganos no te perturba, ¿por qué te perturban tus pensamientos? Porque crees que tú eres tus pensamientos. Cuando piensas, no lo ves como «mis pensamientos», sino que dices: «Yo pienso esto». Porque estás profundamente identificado con tu proceso de pensamiento, te molesta. No estás identificado con tus riñones, a menos que tengas un problema renal. Si funcionan normalmente, la mayoría de la gente ni siquiera siente si tiene riñones o no. Los riñones son un dispositivo: funcionan tan eficientemente que podemos olvidarnos de ellos.

 La noción de que, si haces algo espiritual, tu cerebro debería dejar de funcionar es simplemente errónea. 

Siempre eres consciente de aquello que no funciona de forma eficiente. Ya sabes, estoy haciendo una declaración sobre tu cerebro. Si funcionara sin problemas, no notarías tu cerebro, igual que no notas tus riñones o tu hígado. Si no estuvieras identificado con él, no lo notarías. Si te identificas con él, es un gran problema. Tú no eres tu pensamiento. Te identificas con algo que no eres. Una vez que te identificas con algo que no eres, no puedes detener el proceso mental: simplemente continuará sin fin. Es como cuando comes comida en mal estado, se desarrollan gases. No puedes detenerlos con un corcho de vino. Solo tienes que dejar de comer mala comida.

La comida mala para ti es que, ahora mismo, crees que eres cosas que no eres. En el momento en que te identificas con tu cuerpo, tus pensamientos, tus emociones y muchas otras cosas que te rodean, el proceso de pensamiento será interminable. La gente cree que la mente es así. La mente no es así o, mejor dicho, así no es como se supone que debe ser. Si constantemente tuvieras un dolor de estómago, pensarías que así es como es el estómago.

La posibilidad humana

El cerebro es mucho más sensible que otros órganos. Todos los demás órganos tienen funciones específicas, pero el cerebro tiene unas cuantas funciones específicas y el resto queda abierto. Este es el problema de ser humano. Cualquier otra criatura tiene objetivos específicos, nada más. Deben comer bien, crecer bien, reproducirse bien y morir un día: todo está establecido. Solo el ser humano se pregunta: «¿Por qué estoy aquí? ¿Cuál es la naturaleza de mi vida? ¿De dónde vengo? ¿Adónde voy?». Todas estas preguntas solo surgen cuando eres humano. La diferencia entre un ser humano y cualquier otra criatura es que, en los seres humanos, han florecido la corteza cerebral y otras partes del cerebro.

Te quejas de una nueva posibilidad que ha surgido en tu interior, una posibilidad que no tiene un simio, un mono ni cualquier otra criatura. No trates una posibilidad como un problema. No es un problema: es una posibilidad que puedas sentarte aquí y pensar en algo que está a mil kilómetros de distancia, mil años atrás, mil años después o cualquier otra cosa. Se ha convertido en un problema para mucha gente porque nunca han mirado el manual de usuario.

Primero, deja de darle comida mala al cerebro: aliméntalo con la Verdad, no con la falsedad. Estamos en las manos de la Verdad. No tenemos a la Verdad en nuestras manos. Tenemos un complejo montón de mentiras en nuestras manos. Si dejas de lado todas las cosas que crees, todas las cosas que te has inventado, verás que, si te sientas aquí, tu mente podría estar simplemente vacía. Si está vacía, ¿de qué sirve? La utilidad es que puede reflejar todo el cosmos. Si no, es bastante cómico. Esta es la elección: puedes convertir tu mente en un lugar cómico o en un espacio cósmico. Para que se convierta en un espacio cósmico, debes mantener todas las mentiras a un lado: entonces la Verdad florecerá por su propia naturaleza. La ausencia de falsedad es la Verdad.

Solo un tonto hablará de lo que es la Verdad. Quien lo sabe solo hablará de su periferia, porque no puedes hablar de ella. Solo puedes definir y describir aquello que tiene algún tipo de sustancia, aquello que tiene parámetros o límites medibles. Si algo no tiene límites ni parámetros, no puedes hablar de ello. Todo el trabajo consiste en limpiar el desorden que has creado, no en establecer la Verdad. No hay ninguna necesidad de establecer la Verdad. Es en el regazo de la Verdad que todos nosotros existimos.

No te pediré que confieses qué pensamientos tienes mientras haces tu kriya. No te preocupes por tus pensamientos. Sobre todo, no trates de detenerlos. Deja que sucedan como sucede la actividad de tus riñones. No todo lo que hay en tus riñones está limpio. Ni todo lo que hay en tu cerebro está limpio: ¿cuál es tu problema?

Pensamientos buenos y pensamientos malos

No discrimines entre pensamientos buenos y malos. No hay pensamientos buenos y malos: hay solo pensamientos. Tus pensamientos dependen del tipo de basura que tengas: ese tipo de olor emanarán. El olor de hoy depende de la basura de ayer. Depende de lo que hayas tirado a la basura. Si ayer viste una película o pasó algo más, hoy, eso volverá a ti de nuevo. No juzgues tus pensamientos: son solo basura. En primer lugar, ni siquiera son reales. Un pensamiento significa que no es real. La mayor parte de lo que eres es inconsciente ahora mismo. Estás inventando cosas todo el tiempo. Si quieres conocer la naturaleza de la creación y del Creador, es importante que no inventes cosas, que es lo que estás tratando de hacer en este momento. Tratar de inventar cosas es un método inútil.

Si tratas de mantener un flujo continuo de pensamientos mientras haces tu kriya, de repente, no vendrán. De repente, te constiparás en la cabeza. No te preocupes por tus pensamientos o por cómo controlar tus pensamientos. Dependiendo de lo que haya en tu interior hoy, fluirán los pensamientos. No hay ninguna importancia o consecuencia en esto. Solo tienes que hacer la kriya: no hagas los pensamientos. Si tratas de eliminarlos o de tener pensamientos continuos o 108 pensamientos sagrados durante la meditación, todavía estás tratando de hacer los pensamientos. Los riñones harán lo suyo; el hígado hará lo suyo; el cerebro hará lo suyo; tú haz la kriya: eso es todo.


Nota de editor

Sadhguru ofrece Isha Kriya, una meditación guiada, gratuita y en línea, que ayuda a conseguir salud y bienestar. La práctica diaria de este sencillo pero eficaz proceso de 12 minutos puede transformar nuestra vida.

Mira este video en el cual Sadhguru profundiza en lo que es realmente la meditación y aclara los malentendidos comunes de que la meditación es una práctica.

Cortesía de la imagen: «El pensador», de Auguste Rodin, de Wikipedia