La idea detrás de los rituales para los muertos

Sadhguru: Este cuerpo es una acumulación. Es un trozo de Tierra que hemos ido recogiendo poco a poco.  Lo que sea que hayamos recogido en el cuerpo, tenemos que devolverlo átomo a átomo. Cuando se trata de la mente, el intelecto discrecional también se abandona con el proceso de la muerte. Toda esta información acumulada —el cuerpo más sutil, la mente más sutil y la información conocida como karma, el software— sigue intacta, pero la facultad discrecional se ha perdido. 

Si entras en un estado de existencia placentero, lo llamamos cielo. Si entras en un estado de existencia desagradable, lo llamamos infierno. No se trata de lugares geográficos, sino de realidades experienciales.

Digamos que hoy lees que las acciones bajaron y que perdiste mucho dinero. Pero tienes la suficiente discreción para pensar: «Bueno, no pasa nada. He perdido eso, pero aún tengo esto. Seré feliz hoy», y puedes involucrarte en algo y ser feliz.

Si pierdes este discernimiento, es cuando entras en un estado de depresión compulsiva. Ahora te guiarás por tus tendencias, por cualquier tipo de cualidad que hayas acumulado. Así que, cuando pierdes tu cuerpo, también pierdes tu intelecto discrecional; después de eso funcionas solo por tus tendencias, hacia dondequiera que te empujen, dependiendo del tipo de programación que tengas.

Y como ya no hay discreción ni discernimiento, si pones una gota de agrado en la mente de alguien que ha dejado el cuerpo, este agrado se multiplicará por un millón. Si pones una gota de desagrado, ese desagrado se multiplicará por un millón. Es un poco como con los niños: salen a jugar hasta que están agotados y ya no pueden más, porque no tienen el discernimiento necesario para saber cuándo ha llegado el momento de parar.

Después de la muerte, el discernimiento está completamente ausente, incluso más que en un niño. Entonces, cualquier cualidad que pongas en la mente, se multiplicará por un millón. Esto es lo que se conoce como cielo e infierno. Si entras en un estado agradable de existencia, se llama cielo. Si entras en un estado de existencia desagradable, se llama infierno. No se trata de lugares geográficos, sino de realidades experienciales por las que atraviesa una vida que se ha desencarnado.

Hay muchos rituales para ver que, de alguna manera, puedas poner una gota de dulzura en una mente sin discernimiento para que esta dulzura se multiplique muchas veces y vivan cómodamente en una especie de cielo autoinducido. Esa es la idea detrás de los rituales para los muertos.

Cuidar de los muertos

Hay ciertos rituales a través de los cuales es posible influir en el curso de esa vida, al menos hasta cierto punto. Es a partir de esta base de donde parten todos estos rituales para los muertos. Una de las primeras cosas que tradicionalmente se hace cuando alguien muere es atar juntos los dedos gordos de los pies del cadáver. Esto es muy importante porque apretará el muladhara de tal manera que el cuerpo no pueda ser invadido por esa vida una vez más. Una vida que no ha vivido con la consciencia de que «este cuerpo no soy yo» intentará entrar a través de cualquier orificio del cuerpo, especialmente a través del muladhara. El muladhara es donde se genera la vida, y siempre es el último punto de calor cuando el cuerpo se está enfriando.

Una vida que no ha vivido con la consciencia de que «este cuerpo no soy yo» intentará entrar a través de cualquier orificio del cuerpo, especialmente a través del muladhara.

La razón por la que tradicionalmente siempre dijimos que, si alguien muere, debes incinerar el cuerpo en un periodo de tiempo determinado es porque la vida intentará volver. Esto también es importante para los vivos. Si alguien muy querido muere, tu mente puede empezar a jugarte malas pasadas, pensando que tal vez ocurra un milagro, que tal vez Dios venga y lo traiga de vuelta. Nunca le ha pasado a nadie, pero aun así la mente juega debido a las emociones que se tienen por esa persona en particular. De manera similar, la vida que ha salido del cuerpo también cree que aún puede volver a él.

La ciencia detrás de la incineración

Si quieres acabar con el drama, lo primero es prender fuego al cuerpo en una hora y media. O, para estar seguros de que la persona ha fallecido, se ha alargado a cuatro horas. Pero el cuerpo debe ser retirado lo antes posible. En las comunidades agrícolas, solían enterrarlos, porque querían que los cuerpos de sus antepasados, que son un trozo de tierra, volvieran al suelo que los había alimentado. Hoy en día, compras tus alimentos en la tienda y no sabes de dónde vienen. Así que el entierro ya no es aconsejable. Antes, cuando los enterraban en su propia tierra, siempre solían poner sal y cúrcuma sobre el cuerpo muerto para que se disipara rápidamente en el suelo.

La incineración también es buena porque es una forma de cerrar un capítulo. Verás que, cuando hay una muerte en la familia, la gente llora y se lamenta, pero en el momento en que sucede la cremación, se tranquilizan, porque de pronto se han dado cuenta de que todo ha terminado. Esto es válido no solo para los vivos, sino también para el ser incorpóreo que acaba de salir del cuerpo. Mientras el cuerpo esté allí, él o ella también tiene la ilusión de que puede volver.

La importancia de los rituales para los muertos (Extracto de Death: An Inside story )

Los rituales para los muertos no son solo para ayudar a la persona fallecida en su viaje, también son para el beneficio de los que se quedan atrás porque, si esta persona que muere deja mucha vida sin resolver a nuestro alrededor, nuestras vidas no serán buenas. No es que los fantasmas vayan a venir y atraparte. Pero influirá en el ambiente. Influirá psicológicamente en los que le rodean. También influirá en la calidad de la vida del entorno. Esta es la razón por la que cada cultura en el mundo tiene su propio tipo de rituales para los muertos. En general, gran parte de ellos consisten en calmar ciertos factores psicológicos de la gente cercana. De alguna forma, también tuvieron cierta relevancia y ciencia detrás de ellos. Pero, probablemente, ninguna otra cultura tiene métodos tan elaborados como los indios. Nadie ha mirado a la muerte con el tipo de comprensión y profundidad con la que lo ha hecho esta cultura.

Desde el momento mismo en que se produce la muerte, o incluso antes de que ocurra, existen sistemas completos para ayudar a una persona a morir de la forma más beneficiosa. Habiendo observado la vida desde todos los ángulos posibles, quieren extraer el máximo de todo hacia la Liberación o «mukti». Si la muerte va a ocurrir, quieren aprovechar incluso eso para alcanzar mukti de alguna manera. Así que crearon poderosos rituales para los moribundos y para los muertos. Hoy en día, estos rituales se han vuelto aún más importantes porque casi todos los habitantes del planeta están empezando a morir en la inconsciencia, sin la comprensión necesaria del mecanismo de la vida dentro de sí mismos.

Antiguamente, la mayoría de la gente moría de infecciones y enfermedades. Por eso la gente creó toda una ciencia para ayudarlos más allá de su cuerpo. Cuando estaban en el cuerpo, quizás la gente a su alrededor no podía saber cuál era la enfermedad, o la persona no recibía el tratamiento necesario, o algo más sucedía y morían. Así que, al menos después de su muerte, querían ayudarles de tal forma que no se quedaran merodeando demasiado tiempo y se disolvieran rápidamente. Así es como evolucionó toda la ciencia que hay detrás de estos rituales. Desafortunadamente, hoy en día se ha convertido en un ritual sin sentido que se realiza sin la comprensión ni la experiencia necesarias.

Lo primero a lo que se dirigen estos seres incorpóreos es a la vida adolescente, porque es la vida humana más fácil y vulnerable alrededor.

Cuando no nos ocupamos de los muertos de manera adecuada, los adolescentes en esa sociedad sufrirán inmensamente a causa de esto. Lo primero a lo que se dirigen estos seres incorpóreos es a la vida adolescente, porque es la vida humana más fácil y vulnerable alrededor. La adolescencia es como la versión humana de la muda de piel, en la que el crecimiento es muy rápido, no solo fisiológicamente sino en todos los demás sentidos. Por ello, durante este periodo, la vida es muy susceptible a las influencias. Si hay alguna energía positiva o negativa alrededor, los adolescentes son los primeros en absorberla.

Entre los adolescentes, las chicas son aún más susceptibles a estas cosas que los chicos. Pero los niños preadolescentes, hasta los ocho o diez años, suelen ser inmunes a estas cosas. La naturaleza les ha dado esa protección, así que tú no tienes que protegerlos mucho. Son sobre todo los hijos de entre diez y veinte años los que se ven afectados. Cuando digo «afectados», no me refiero a sus cosas hormonales o a que pierdan el norte con la bebida y las drogas. Eso también puede suceder, pero hay otro tipo de influencias que pueden afectarlos. Hoy en día, puedes ver la agitación que sufren los niños solo para afrontar la adolescencia. En las generaciones anteriores, la adolescencia nunca supuso tanta dificultad. Una razón para esto es que no nos ocupamos adecuadamente de quienes han partido. Es como un software suelto que merodea por ahí, y la vida adolescente naturalmente se enreda en ello. Así que, ya sea por conocimiento consciente o por instinto, la gente de todas las culturas intentaba de alguna manera crear atmósferas protectoras para los adolescentes.