Sadhguru analiza cómo el hecho de que nuestra experiencia de la vida sea de sufrimiento y dificultad, o que nuestra existencia aquí esté llena de gracia y sea maravillosa, está determinado solo por nosotros y no por las situaciones externas.

Sadhguru: La mayoría de las veces, la gente determina el curso y la naturaleza de su vida por lo que le gusta y lo que no le gusta: «Me gusta esto, así que hago esto». Tanto lo que te gusta como lo que te disgusta son dos tipos diferentes de ataduras. Tanto lo que te gusta como lo que te disgusta distorsiona tu percepción. Si te agrada alguien, lo exagerarás en tu mente. Si alguien te cae mal, seguro que lo exagerarás en tu mente. La exageración significa que eres incapaz de ver las cosas como son. Si no eres capaz de ver las cosas tal y como son, nunca podrás manejar la vida de la forma en que debe ser manejada.

Lo que te gusta no es importante. ¿Te has hecho a ti mismo de tal manera que no solo le gustas a la gente, sino a todo? ¿Que a todas las criaturas que te rodean les gusta tu presencia, incluso a las flores, las plantas y los árboles?

«¿Cómo puedo gustarle a las plantas y a los árboles?». Son extremadamente sensibles a quién eres. Responden en consecuencia. Si te haces de tal manera que le gustas a la misma tierra que pisas, entonces verás que todo en tu vida se convertirá en una bendición. Si le desagradas a todo lo que te rodea, todo lo que podría ser bienestar podría convertirse en una maldición. En este momento, no hay ninguna maldición oculta en la vida humana. Son las cosas que la gente quiere, son las cosas a las que la gente aspira, las cosas por las que trabaja, que se esfuerza por tener en su vida, las que se convierten en maldiciones en su vida: su trabajo, sus propiedades, sus relaciones, su propio cuerpo, su propia mente, son el cáncer de su vida. Están sufriendo estas cosas. Nunca llueve miseria. Es solo que las cosas que te gustan se han convertido en una fuente de miseria.

Existir como una extremidad del creador

Un proceso espiritual no consiste en perseguir lo que te gusta, sino en esforzarte de tal manera que hasta los pájaros te quieran, las ardillas te quieran, los insectos te quieran, ¡los mosquitos te amen! De lo contrario, la misma agua que bebes, el aire que respiras, los alimentos que comes, pueden convertirse en veneno en el sistema. Todo ello puede convertirse en néctar, solo si les gustas. Hacerte a ti mismo de tal manera que la creación y el Creador no puedan evitar que les gustes, ese es el esfuerzo. No se trata de satisfacer lo que te gusta o destruir lo que no te gusta. Se trata de hacerte a ti mismo de tal manera que a cada átomo de esta existencia le gustes, que quiera abrirse para ti. Si la existencia no se abre para ti, puedes hacer lo que quieras, pero nada funcionará en un sentido real. Puede que hagas algo, puede que te conviertas en algo, puede que te ganes la vida, pero simplemente atravesarás un ciclo sin que nada tremendo toque tu vida.

Si eres desdichado, hay que arreglar lo que llamas «yo», no a alguien más. 

Esta es la elección que tiene todo ser humano: existir aquí como una extremidad del Creador, o existir aquí como un manojo de pensamientos, emociones y tonterías que has acumulado. Esta elección está a tu disposición en cada momento de tu vida. Si este esfuerzo está ahí, te llevará a un lugar de gracia diferente, en el que cada piedra, guijarro, roca, árbol, cada átomo de la existencia te habla en un lenguaje que puedes conocer. De lo contrario, estarás solo en esta vasta existencia, sintiéndote constantemente inseguro, inestable, desafiado psicológicamente.

No es un regalo, es una elección. Si uno toma la elección correcta, sucederán las cosas correctas. Si uno toma la elección equivocada, sucederán las cosas equivocadas. Es una existencia muy justa y equitativa. No es como una estructura social en la que algunas personas pueden salirse con la suya en las cosas equivocadas. En esta existencia, no importa quién seas, si saltas del tejado, la tierra te romperá la pierna: no hay excepciones, nadie se salva. Para cualquiera que esté dispuesto, la posibilidad está abierta. Para todos, la vara también está ahí. Si tomas las decisiones correctas, todo está abierto. Si tomas las decisiones equivocadas, todo te moldeará de una manera diferente.

Solucionar el verdadero problema

Entonces, si ocurren el dolor, el sufrimiento o la desdicha, no es momento de mirar alrededor. Este es siempre el problema: si eres desdichado, crees que hay que arreglar a otra persona. No. Si eres desdeichado, hay que arreglar lo que llamas «yo», no a alguien más.

Un cierto día, Shankaran Pillai fue a beber con sus amigos. Tenía la intención de volver a casa a las ocho en punto, pero con un trago tras otro, se volvió inconsciente del tiempo. Cuando miró el reloj, eran las 2:30 de la madrugada. Pensó que era muy tarde y quería volver a casa rápidamente, así que tomó un atajo. Mientras caminaba por el atajo con sus piernas inestables, cayó en un arbusto espinoso. Se arañó toda la cara. En este estado, se fue a casa y trató de encontrar el ojo de la cerradura, lo que le llevó otra media hora. Finalmente abrió la puerta, entró, fue al baño y se miró en el espejo. Toda su cara estaba sangrando. Así que abrió el botiquín, se arregló como pudo, se metió silenciosamente en la cama y se durmió.

A las ocho de la mañana, su mujer cogió un cubo de agua fría y se lo echó a la cara. Él se levantó. Ella le dijo: «Idiota, ¿otra vez has estado bebiendo?». Él le respondió: «No, cariño; no he tocado ni una gota. Desde que te lo prometí hace seis meses, no he tocado ni una gota». Ella lo sujetó por la camisa, lo arrastró al baño y le mostró. Las curitas estaban por todo el espejo.

No funciona así. Solo alguien que esté completamente inconsciente hará esas cosas. Si te duele aquí y lo arreglas allí, es porque estás completamente inconsciente o ebrio. Cada vez que te sientes desdichado, quieres arreglar a ese y a ese y a ese. No, hay que arreglarte a ti. Si le pones curitas al espejo, no te cura las heridas. Tienes que atender tus heridas. Tanto tus desdichas como tus alegrías son causadas desde el interior. Así que necesita ser atendido aquí, no en algún otro lugar. Si te tomas toda la vida para entender esto, la vida tendrá sus maneras. Cuanto antes lo entiendas, más llena de gracia y maravillosa será tu vida.