Sadhguru: Como máquina y como plataforma para la vida, el cuerpo humano es impecable. El único problema es que no te lleva a ninguna parte; brota de la tierra y vuelve a caer en ella.

Estos dos anhelos, preservarse y expandirse, no son fuerzas opuestas.

¿No es eso suficiente? En un nivel, es suficiente. Pero, de alguna manera, se ha infundido una dimensión más allá de lo físico en este maravilloso mecanismo. Esta dimensión es la fuente misma de la vida. Es esto lo que de verdad nos hace quienes somos. En toda criatura, planta y semilla, esto está en funcionamiento. En un ser humano, esta fuente de vida es aún más magníficamente evidente.

Es por eso que los seres humanos parecen vivir en una lucha constante entre lo físico y la dimensión más allá. Aunque tienes la compulsividad de lo físico, también tienes la consciencia de ser algo más que simplemente físico.

Enraízate y alcanza el más allá

Hay dos fuerzas básicas. La mayoría de la gente las ve como si estuvieran en conflicto. Una es el instinto de autopreservación, que te obliga a construir muros a tu alrededor. La otra es el deseo constante de expandirse, de volverse ilimitado.

No tienes ningún trabajo con la existencia. Solo tienes trabajo con la existencia que has creado.

Estos dos anhelos, preservarse y expandirse, no son fuerzas opuestas. Están relacionados con dos aspectos diferentes de tu vida. Una fuerza te ayuda a enraizarte bien en este planeta; la otra te lleva más allá. Si tienes la consciencia necesaria para separar las dos, no hay conflicto. Pero, si estás completamente identificado con lo físico, entonces, en lugar de trabajar en colaboración, estas dos fuerzas fundamentales se convierten en una fuente de tensión.

Todas las luchas «materiales versus espirituales» de la humanidad surgen de esta ignorancia. Cuando dices «espiritualidad», estás hablando de una dimensión más allá de lo físico. El deseo humano de trascender las limitaciones físicas es natural. Viajar desde el cuerpo individual basado en los límites hasta la fuente ilimitada de la creación: esta es la base misma de cualquier proceso espiritual.

Los muros de resistencia

Los muros de autopreservación que construyes para hoy son los muros del autoencarcelamiento del mañana. Este es un ciclo interminable. Pero no es que la creación no esté dispuesta a abrirte las puertas al más allá. Estás luchando con los muros de resistencia que has construido a tu alrededor. Robert Frost capturó una verdad profunda cuando escribió: «Algo existe que no ama las paredes».

Es por eso que el sistema yóguico no habla de Dios, el alma o el cielo. El yoga solo habla de las barreras que has establecido, porque esta resistencia es todo lo que necesita ser atendido. Los muros que te bloquean son cien por ciento tu creación. Y estos pueden ser desmantelados. No tienes ningún trabajo con la existencia. Solo tienes trabajo con la existencia que has creado.

Gravedad y gracia

Si tuviera que usar una analogía, yuxtapondría la gravedad y la gracia. La gravedad está relacionada con el instinto fundamental de autopreservación en un ser humano. Estamos arraigados al planeta en este momento debido a la gravedad. La gravedad está tratando de sujetarte; mientras que la gracia está tratando de elevarte. Si eres liberado de las fuerzas físicas de la existencia, estalla la gracia en tu vida.

Al igual que la gravedad, la gracia también está constantemente activa. Es solo que tienes que volverte receptivo a ella. Cuando lo haces, de repente, pareces funcionar como magia. Supongamos que fueras el único que pudiera andar en bicicleta, ¡comenzarías a parecer mágico para todos los demás! Es lo mismo con la gracia. Otros podrían pensar que eres mágico, pero tú sabes que estás empezando a ser receptivo a una nueva dimensión de la vida. Esta es una posibilidad de la que todos deberían darse cuenta.

Nota del editor: Lo anterior es un extracto de «Ingeniería interior: Guía yogui para alcanzar la alegría y el gozo», por Sadhguru. Ingeniería interior ofrece un medio para crear las situaciones internas exactamente como tú quieres, convirtiéndote en el arquitecto de tu propia alegría. ¡Pide el tuyo ahora! Lo consigues en versión impresa o como libro digital.