Tabla de contenido 
1.  La señora Blavatsky y la Sociedad Teosófica 
2. Maitreya o el Maestro del Mundo
3. La Teosofía 
4. El entrenamiento 
5. Jiddu Krishnamurti condena el título de Maestro del Mundo
6. Cuando Sadhguru asistió a una sesión de Jiddu Krishnamurti
7. El camino de Gnana
8. Conducir un auto sobre una sola rueda
9. Kahlil Gibran y Jiddu Krishnamurti
10. Cómo impactó Jiddu Krishnamurti sobre Sadhguru

Pregunta: Sadhguru, ¿me preguntaba si podrías hablar un poco sobre Jiddu Krishnamurti y su rechazo a los Gurús en el camino a la realización de la verdad?

Sadhguru: Jiddu Krishnamurti nació en un pueblo llamado Madanapalle. He visitado la casa en que nació y vivió, una casa centenaria. Es una casita bonita y un lugar agradable. Hoy se conserva como un monumento para él. Madanapalle es un pueblo pequeño, pero como Jiddu Krishnamurti construyó una escuela cerca, ahora, todo tipo de gente va allí gracias a la escuela.

La señora Blavatsky y la Sociedad Teosófica

Helena_P._Blavatsky_wikipedia

En una época, a principios del siglo XX y a finales del XIX, la Teosofía se extendió por todo el mundo de gran manera. La inició la señora Blavatsky, quien tenía un gran interés por el ocultismo y el misticismo. Eran tiempos en los que muchos británicos y otros buscadores europeos del misticismo —Max Müller, Paul Brunton y muchos otros— viajaban a la India y escribían muchos libros. Blavatsky fue incluso antes que ellos.

En aquellos días, eso no era como ir a un lugar a aprender. Tenías que empezar el viaje a caballo e ir a un país extraño, luchar contra todo tipo de cosas y tratar de conocer al tipo correcto de gurús. Era toda una aventura. Para emprender ese tipo de aventura, hay que tener un anhelo muy profundo; de lo contrario, no se puede hacer un viaje así en el que tu vida corre peligro.

La señora Blavatsky viajó a todo tipo de lugares: fue al Tíbet, a la India y luego bajó a Tamil Nadu, y estableció allí la Sociedad Teosófica —que todavía existe—. Su sueño era producir a un «ser perfecto».

Maitreya o el Maestro del Mundo

No sé hasta qué punto se profundizó en ello, pero de hecho, en la tradición yóguica, hubo un yogui llamado Sunira, quien vivió hace aproximadamente 40 000 años. Sunira vio que la conciencia humana podía evolucionar si se producía un ser humano perfecto que pudiera transmitir esto a todo tipo de personas. En cierto modo, procedía de la tradición de Shiva, así que su sueño era construir a otro ser como ese. Él quería reconstruir un Shiva viviente, un maestro perfecto para el mundo, completamente multidimensional, que no estuviera limitado a ningún tipo de enseñanza. Shiva exploró toda la conciencia humana y el cuerpo humano de todas las maneras posibles, así que Sunira quería ese tipo de ser viviente.

Sunira empezó a construir el cuerpo de energía para ese tipo de ser. Él creía que luego podría construir un cuerpo físico sobre él y dejarlo suelto por el mundo, con una esperanza de vida de unos cientos o miles de años, para que transformara al mundo entero.

Sunira empezó a trabajar en este proyecto —al que se refirió como Maitreya, el amigo supremo de la humanidad—, pero murió sin conseguirlo. Así que, aquí y allá, a lo largo de estos 40 000 años, muchos yoguis ambiciosos retomaron el mismo proyecto que había dejado Sunira e intentaron reconstruir el cuerpo de energía de un maestro perfecto, capaz de transformar la conciencia humana. Este proyecto surgía de vez en cuando.  Varios yoguis lo retomaron e intentaron reconstruir lo mismo un sinfín de veces.

La Teosofía

 

La señora Blavatsky, Leadbeater y Annie Besant se unieron para impulsar el movimiento de la Teosofía en todo el mundo, lo que consiguieron hacer con éxito en gran medida. Ellos formaron la biblioteca ocultista más fenomenal del planeta, que aún se encuentra en la Sociedad Teosófica de la India. Reunieron todo tipo de libros sobre ocultismo y crearon todo un equipo de estudio.

Incluso ahora, los grupos de Jiddu Krishnamurti se llaman círculos de estudio o grupos de estudio, porque estos grupos de estudio fueron creados por Annie Besant y Leadbeater. Annie Besant y Leadbeater eran intelectuales brillantes, de eso no hay duda, pero no tenían experiencia interior.

El entrenamiento

Ellos reunieron una cantidad fenomenal de información sobre todas estas cosas y creyeron que, con esta información y con su intelecto, podrían recrear todo esto. Empezaron a buscar organismos apropiados sobre los que se pudiera imponer este cuerpo de supermaestro. Ellos eligieron a Jiddu Krishnamurti y empezaron a someterlo a un entrenamiento muy severo para prepararlo física y mentalmente.

Leadbeater partió de la India junto con Jiddu Krishnamurti y llegó al Reino Unido, donde Jiddu Krishnamurti desarrolló gustos muy occidentales. Se vestía con los mejores trajes, iba a Piccadilly y llevaba las corbatas más finas. Tardaba horas en elegir una corbata —era un hombre muy meticuloso—. Se compró una motocicleta BSA y le encantaba conducirla.

El aspecto meditativo de su formación continuó y se convirtió en un ser humano fantástico. No sabemos qué era cuando estaba en el Reino Unido, pero, al menos en sus últimos años, Jiddu Krishnamurti era algo que nadie podía descifrar. Pero era como una flor: su fragancia no podía pasar desapercibida.

Jiddu Krishnamurti condena el título de Maestro del Mundo

Cuando Jiddu Krishnamurti tenía alrededor de 32 o 33 años, la Sociedad Teosófica decidió anunciar al mundo que él era el maestro mundial. Entonces, organizó una gran reunión en los Países Bajos a la que, según dicen, asistieron miles de personas.

Jiddu Krishnamurti subió al podio y dijo: «No soy un maestro mundial; no soy nadie».

Jiddu Krishnamurti subió al podio y dijo: «No soy un maestro mundial; no soy nadie». Toda la Sociedad Teosófica y su proyecto se fueron al traste. Lo habían preparado durante toda su vida, y llegó allí y dijo: «No soy un maestro mundial; no soy nadie». La mayoría de los idiotas habría dicho: «Sí, yo soy el maestro del mundo; yo soy la reencarnación de Buda y Jesús». Él tuvo el sentido común, la sabiduría y la visión de decir: «No soy esa tontería que intentan hacer pasar por mí».

Entonces, dejó la Teosofía y comenzó a hablar en reuniones públicas. Era un orador brillante. La gente se reunía a su alrededor y él siempre hablaba de no depender nunca de un Gurú, porque su propia experiencia con sus maestros había sido horrible.

Debido a su enorme sabiduría y sensatez, cuando hablaba, la gente se quedaba embelesada. Su manera de hablar es mágica. Una cosa que puedes ver en él es que está alerta y es claro. Su propio ambiente físico es así. Si estás sentado escuchándolo y se te ocurre mover la mano, simplemente ¡se levanta y se va!

Cuando Sadhguru asistió a una sesión de Jiddu Krishnamurti

Cuando yo tenía solo 17 o 18 años, los círculos de estudio de Krishnamurti estaban de moda. En la intelectualidad india, si no habías leído a J. Krishnamurti, Kierkegaard y Dostoievski, en realidad, no tenías cerebro; ¡así eran las cosas!

Todos los sábados por la tarde, había un círculo de estudio en el que ponían unas cintas de audio y leían sus libros. Unos amigos me invitaron y fui. Estaban pasando un vídeo corto. En esa época, él aún vivía. En el vídeo, él estaba hablando y alguien que estaba sentado entre el público lo miraba. Él le dice: «No me mire así». Ese hombre responde: «¿Qué puedo hacer? Mis ojos son así». «No, señor, por favor, no me mire así». El hombre dice: «¿Qué puedo hacer? ¿Debo cerrar los ojos? Solo lo estoy escuchando. Lo estoy mirando; eso es todo». «No, usted no puede mirarme así. Llévense a este hombre».

Él hizo esto el primer día que fui y me gustó mucho. Este hombre es recto. Demasiado recto. La integridad de la persona simplemente se derrama sobre él. La integridad de este hombre no puede pasar desapercibida. No leí mucho, pero escuché algunos audios y vi algunos videos. Lo disfruté, pero yo era demasiado indómito como para escuchar a nadie. La vida me llamaba todo el tiempo. No tenía tiempo para escuchar a mis padres, ni a mis profesores ni a Krishnamurti. No tenía tiempo para nada, así que abandoné el círculo de estudio y seguí adelante.

El camino de Gnana

Durante cinco fines de semana, fui allí todos los sábados por la tarde durante una hora y media. Ponían un vídeo o un audio de media hora, y luego iniciaban un debate. Se armaba una gran confusión, porque nadie a su alrededor entendía de qué estaba hablando. Él solo hablaba de esto, esto y esto. «¿Qué es esto?». Él decía: «Esto es esto», porque se negaba a utilizar cualquier método, cualquier ejemplo, cualquier parábola, historia o broma. Esto es solo disección intelectual. Esto es Gnana Marga puro. «Gnana» significa 'camino del intelecto'.

Si me preguntas, entre los más de siete mil millones de personas que hay en el mundo, no encontrarás ni siquiera a 10 000 personas que sean adecuadas para este tipo de proceso, que tengan ese tipo de intelecto afilado como una cuchilla y que puedan seguir diseccionando cosas sin ningún tipo de contexto. Tal vez, encuentres a mil personas y puede que esas mil personas no estén interesadas en el proceso espiritual; tal vez, están intentando sacar una tajada del mercado de valores o de algo más.

Todos los que estaban alrededor de Jiddu Krishnamurti podían sentir que el hombre era especial, pero nadie podía entender de qué hablaba, porque se negaba a desempeñar el papel de un Gurú. Se negó a iniciar a nadie en nada ni a dar ningún tipo de método o proceso.

Conducir un auto sobre una sola rueda

Él dijo: «Sucederá de todos modos». Eso es cierto. De todos modos sucederá, pero quizá suceda después de un millón de vidas. Así que, si tienes prisa, o bien debes tener ese tipo de intelecto —que es raro—, o bien debes estar dispuesto a utilizar las otras facultades del cuerpo, la energía y la emoción. Él iba conduciendo su auto sobre una sola rueda. Lo hacía muy bien, pero nadie más podría hacerlo.

¿Cuántos de ustedes pueden conducir su coche sobre dos ruedas? Hay gente que puede hacerlo, pero ¿es esa la mejor manera de conducir un auto? Un hombre puede seguir recomendando: «Si conduces tu auto sobre dos ruedas, el desgaste de los neumáticos disminuirá, ocupará mucho menos espacio, puedes estrechar mucho más los carriles de la autopista; hay un sinfín de ventajas», pero ¿cuánta gente puede hacerlo? Y él lo está conduciendo sobre una sola rueda —peor aún—.

Él fue un ser humano fantástico, pero vivió como una flor y se marchitó como una flor. Cuando él estaba allí, había una fragancia. Cuando se fue, solo quedaron los libros, porque no hubo un proceso vivo.

Kahlil Gibran y Jiddu Krishnamurti

Fui por casualidad a la casa de Kahlil Gibran en el Líbano. Era una casa que merecía la pena visitar. Es un hermoso lugar en las montañas y tiene un pequeño arroyo que fluye por la sala. Una vez, Jiddu Krishnamurti estaba en un lugar y Kahlil Gibran fue a verlo.

Más adelante, Gibran dijo: «Cuando entré en la habitación, me topé con un muro de amor». Nunca asociarías a Jiddu Krishnamurti con el amor. Definitivamente, no parece amoroso, pero es muy amoroso. Sus energías son absolutamente compasivas, pero sus palabras son como un cuchillo.

A su alrededor, la gente sentía algo, pero no podía captar ese algo, porque él no le daba qué captar. Él dijo: «Si lo captas, puedes quedarte atrapado en esto, así que no lo captes». Es una manera de enfocarlo. No digo que esté mal. Es una manera hermosa. Si hubiera millones de mentes muy agudas en el mundo, esa sería una manera fabulosa de hacer las cosas; pero tal como está la humanidad, tal como están enredados los intelectos de la gente en un millón de cosas, ese método no va a llevar a la mayoría de la personas a ninguna parte. Es un proceso hermoso, pero tiene que haber personas que puedan digerirlo.

Jiddu Krishnamurti era como una flor cuya fragancia se sentía mientras estuvo vivo. Sus palabras son buenas. Si quieres usarlas como un ejercicio intelectual para soltar algunas cosas, podrían ser útiles. Su brillantez intelectual sale a relucir en cada momento de su vida.

Cómo impactó Jiddu Krishnamurti sobre Sadhguru

Cuando asistí a esos cinco sábados por la tarde durante hora y media, uno de esos días, él habló sobre educación. Realmente me fascinó, porque nunca había pensado en una manera alternativa de educar a la gente. Yo solo pensaba en cómo desmantelar todos los sistemas educativos. Yo pensaba que estos sistemas educativos eran el más horrible de los males y que podría crecer mejor bajo un árbol de mango —o sobre un árbol de mango, según la estación— en lugar de estar en una escuela.

Cuando habló de educación, de repente, me di cuenta de que había otra manera de hacer esto. Yo tenía unos 17 o 18 años, vivía de manera indómita y soñaba con escaparme a algún lugar. Simplemente pensé que me gustaría dar a los niños el tipo de educación de la que él hablaba.

Resulta que cuando mi hija tuvo que ir a la escuela, la admitieron en algunas de las mejores escuelas de Ooty —que es donde todo el mundo querría ir—, pero, entonces, me vino a la mente: «Vale, hay una escuela de Jiddu Krishnamurti. ¿Por qué no enviarla allí?». Ella fue a esa escuela y pasó ocho años estudiando allí.

Así que esas cinco tardes de sábado de hora y media cada una tuvieron tanto impacto sobre mí que entregué a mi hija a su cuidado de una manera u otra. Mi contacto con Jiddu Krishnamurti fue de solo siete horas y media, y esa es la influencia que tuvo sobre mí.

Nota del editor

Sadhguru habla de otro gran ser, Adi Shankara: quién era, por qué su origen es un símbolo de la naturaleza y de las fuerza fundamentales de esta nación, y cómo lo que representa es relevante en el mundo actual. Sadhguru también establece paralelismos entre la ciencia contemporánea y lo que Adi Shankara dijo hace más de 1200 años.