La historia:

En un monasterio, un maestro zen juntó leña y encendió un fuego para una estufa. Estaba preparando té. Un discípulo le preguntó: «¿Para quién preparas el té?».

El maestro respondió: «¿Ves a ese perezoso sentado por allá? Es para él».

Se refería a un discípulo particularmente flojo, quien se mantenía evadiendo el trabajo y simplemente se sentaba por ahí, mientras todos los demás discípulos trabajaban activamente.

El discípulo dijo: «¿Por qué tienes que prepararle el té? Él ya está grnde. Deja que se lo prepare él mismo».

El maestro sonrió y dijo: «Yo estoy aquí y ahora».

La explicación de Sadhguru:

 ¿Cuál es la enseñanza más importante en la vida? Haz lo que puedas hacer. Es mucho mejor ver «puedo hacer esto y no puedo hacer esto» en lugar de pensar «tengo que hacer esto y no debo hacer esto».
Cuando te identificas con algo y piensas: «Esta es mi familia. Esta es mi esposa. Esta es mi madre. Esta es mi casa. Esta es mi calle», concluyes: «Voy a hacer esto. No voy a hacer eso». Comenzarás a pensar: «Si mi hijo se lesiona, tengo que correr a salvarlo, pero si otro niño se lesiona, ¿por qué debería molestarme?».

Nadie te pertenece en este mundo. Todos terminaron viniendo a este mundo justo como tú viniste, eso es todo. Si te casas, dices: «Esta es mi mujer». Si te divorcias, dices: «¡Esta no es mi mujer!». Ambas son relaciones establecidas por ti. Cuando te casas y sientes que tu cónyuge forma parte de ti, en consecuencia desarrollas amor y pensamientos agradables hacia ellos. Una vez que niegas la relación, estas emociones cambian y comienzas a sentirte frustrado, enfadado y lleno de odio.

Así que, cuando piensas que algo te pertenece, las emociones que lo acompañan son enormemente discriminatorias. Esto nunca sacará a relucir tus capacidades al máximo.

Raju y Malathi estaban enamorados. Como pertenecían a diferentes castas, sus familias y sus comunidades no estaban dispuestas a aceptar su matrimonio.

Raju dijo: «Si no podemos vivir juntos, ¿qué sentido tiene esta vida?». «Ven, muramos juntos».

Ambos subieron a un acantilado. Se pararon ahí, tomados de la mano, en el borde. Cuando estaban a punto de saltar, Malathi dijo: «Raju, estoy aterrada. ¡Salta tú primero! ¡Me armaré de valor para saltar después de verte hacerlo!».

Raju dijo: «¡Te amo, Malathi!» y saltó del borde al instante.

Malathi lo vio caer en una profunda zanja debajo, donde nadie podría llegar. Ella también se preparó para saltar. En ese momento pensó: «Ahora Raju ya no existe. Si Raju no está ahí, mi amor no es más. Si ya no hay amor, no hay problemas familiares, no hay problemas sociales. Cuando no hay ningún problema, ¿por qué debería renunciar a mi vida?».

Miró a la zanja debajo y gritó: «¡Raju, te amo!» y comenzó a caminar de vuelta a casa.

Cuando piensas «esto es mío» o «ella es mía», las acciones que surgen de ello serán justo así.

Los que caminan el sendero espiritual no se encogen a sí mismos de esa forma. No dicen: «Haré algo por esta persona, no haré algo por esa persona». Solamente pensarán: «En este momento puedo hacer esto. Si hay una oportunidad de hacerlo, lo haré», y actuarán en consecuencia.

Si quieres realizar tu vida al máximo, lo primero y más importante es que nunca debes encogerte a ti mismo pensando «esto es mío y esto no es mío». Si te expandes en tu interior para incluir al mundo entero, entonces todo es tuyo.

Nota del editor

En este video Sadhguru responde una pregunta de las redes sociales sobre cómo podemos superar la pereza y dejar de posponer nuestra actividad.