Sadhguru: En el momento en el que te identificas con algo diferente a lo que realmente eres, comienza la actividad de la mente. No puedes detenerla. ¿Lo has intentado? Te entretienes y la vida solo pasa. No te entretengas. Siéntate por 24 horas y trata de detener la mente con todas tus fuerzas. Verás adónde te lleva. En tres días te volverás loco. Es como si comieras mala comida y te llenaras de gases. No será de gran ayuda si los retienes. Sencillamente debes dejar de comer mala comida.

Adquieres identificaciones falsas y, una vez que se producen las identificaciones falsas, la actividad de la mente continúa sin parar. No puedes detenerla, sin importar lo que hagas. Es solo que, si está dentro de ciertos límites, piensas que es normal. No es normal. Estás en niveles de demencia socialmente aceptados. Todo el mundo actúa igual, así que piensas que no hay problema. Pero no conoces la alegría de tan solo sentarte aquí sin un solo pensamiento en tu mente. Si yo me encierro por cuatro o cinco días, en esos cuatro o cinco días no tengo ni un solo pensamiento. No leo nada y ni siquiera miro por la ventana. Simplemente me siento sin un solo pensamiento.

Imagina que empiezas a admirar un amanecer espectacular; tus pensamientos desaparecen por un tiempo porque está ocurriendo algo mucho más grande. O te involucras con algo que consideras importante; en ese instante, el pensamiento desaparece por algún tiempo. Esos serán los momentos más bellos de tu vida.

La fuente de la creación que está funcionando dentro de ti es un fenómeno mucho más grande que el proceso de pensamiento.

Si te pones en contacto con algo más grande, las pequeñeces naturalmente se esfuman. La fuente de la creación que está funcionando dentro de ti es un fenómeno mucho más grande que el proceso de pensamiento. Como nunca estableciste contacto con esa fuente, este pensamiento se ha vuelto muy importante. O, en otras palabras, si tu pensamiento es muy importante, quiere decir que, en tu distorsionada percepción, la creación del creador carece de importancia. Tu propia creación se volvió muy importante. No le prestas atención al creador en tu interior, ni a su creación, sino que estás ocupado con tu propia creación. ¿Acaso no es el peor sacrilegio hacia el creador? Ni por un momento tu atención se ha dirigido a la fuente de la vida dentro de ti. Si conocieras la dicha de tan solo poder sentarte, sin pensar ni hacer nada, solo siendo vida, entonces tu vida sería muy diferente.

Ponte en contacto con la fuente de la creación.

En lo que se refiere al mundo exterior, cada ser humano tiene capacidades diferentes. Pero, cuando se trata de la interioridad, todos tenemos la misma capacidad. No ha ocurrido porque nunca has prestado atención, no porque sea difícil o inaccesible, ni porque seas incapaz. Todos los seres humanos están capacitados por igual para la naturaleza interior. En cuanto al trabajo exterior, ya sea que quieras construir un edificio o cocinar un platillo o hacer cualquier otra cosa, cada uno de nosotros tiene capacidades distintas. Pero, cuando se trata de las realidades interiores, todos somos igualmente capaces. Le ha ocurrido a una persona y no a otra sencillamente porque ha prestado atención, eso es todo.

Nadie puede negarte lo que hay dentro de ti, excepto tú mismo.

Las personas han sacado estas conclusiones de que el proceso espiritual es muy difícil porque siguen haciendo lo incorrecto. Con el mundo exterior, te has dado cuenta de que nada funcionará a menos que hagas lo correcto. Lo mismo ocurre con el mundo interior. Cierto día, un turista llegó a un pueblo cercano y preguntó: «¿Qué tan lejos está el Centro de Yoga Isha?».

Un niño local le dijo: «Está a 40.227 kilómetros».

Contestó: «¡Qué! ¿Tan lejos?».

El niño contestó: «Sí, por la dirección en que vas. Si te volteas, está a tan solo 6 kilómetros».

Si miras hacia una dirección y tratas de ser espiritual, va a ser un camino muy largo. Tienes que atravesar el universo y regresar. Si tan solo te volteas, está justo aquí, porque lo que buscas está dentro de ti, no fuera de ti. Nadie puede negarte lo que hay dentro de ti, excepto tú mismo. ¿Acaso alguien puede negarte la entrada a tu propia interioridad? Si no ocurre, debes entender que no has creado la disposición necesaria. No hay ninguna otra razón.

¿Perdiste la cabeza?

Por ahora, no trates de eliminar los pensamientos. El mayor error ha sido que las personas te han dicho: «Controla tu mente». Una vez que tratas de controlar tu mente, ¡estás condenado! Digamos que, en este momento, estás practicando Shambhavi Mahamudra. Si sigues el proceso, creará cierta distancia entre tú y el cuerpo, y entre tú y la mente. Haz Shambhavi y tan solo siéntate: tu cuerpo está aquí, tu mente está por allá y lo que consideras «yo» está en alguna otra parte. Una vez que surge esta distinción, ya no hay luchas con la mente.

Si alguien te dice: «Perdiste la cabeza», no te sientas ofendido. Es el mayor cumplido que pueden decirte.

Una vez que pierdes la cabeza, no hay problemas. Si alguien te dice: «Perdiste la cabeza», no te sientas ofendido. Es el mayor cumplido que pueden decirte. Te están diciendo: «Eres un Buda». Buda significa que perdió la cabeza. Las personas piensan que perder la cabeza es demencia. No es demencia. La demencia siempre es de la mente. Si pierdes la cabeza, estarás cien por ciento cuerdo. Ese es el fin de la demencia. Ahora ves la vida tal como es.

Una vez que ves la vida tal como es, y no como la refleja tu mente, entonces verás que todo es tan trivial. Lo que la mente puede hacer, lo que el mundo puede hacer es tan insignificante que puedes simplemente jugar con ello tanto como desees. Si no lo deseas, puedes solo apartarte. Ambas son decisiones conscientes. No hay más compulsividad en ti. En el momento en el que empiezas a ser testigo de la fuente misma de la creación, se esfuma toda compulsividad en ti; ahora todo se da por elección y la vida se vuelve bella.

La vida se vuelve bella, no por lo que está ocurriendo, sino porque tú eliges hacerlo. Nada es bello o feo. Si eliges hacerlo e involucrarte, todo es hermoso. Si te lo imponen o es un acto compulsivo, entonces todo es terrible. Lo mismo ocurre con la actividad de la mente. Si fuera consciente, podrías haber jugado con la mente la cual es un instrumento bastante maravilloso; pero, al ser compulsiva, se ha vuelto estresante.