El yoga clásico: la tradición gurú-discípulo
En este artículo, examinamos el método de transmisión, cómo se transmitió el yoga durante miles de años a través de la singular Guru-shishya paramparya (tradición gurú-discípulo).
Isha busca recuperar el yoga clásico en su forma más pura, —no el yoga de estudio, el yoga de libros o las diversas innovaciones que se introducen en todo el mundo sin ninguna comprensión de los principios básicos—, sino el yoga clásico propiamente dicho, que es una ciencia fenomenalmente poderosa. Es un sistema que se arma de manera precisa y meticulosa como un medio para alcanzar dimensiones más elevadas.
En este artículo, examinamos el método de transmisión, cómo se transmitió el yoga durante miles de años a través de la singular Guru-shishya paramparya.
La Guru-Shishya paramparya prosperó y floreció durante miles de años en la India. En esta cultura, cuando había necesidad de transmitir un conocimiento sutil y poderoso, siempre se hacía en un ambiente de absoluta confianza, dedicación e intimidad entre el gurú (maestro) y el shishya (discípulo). «Parampara» se define, literalmente, como 'una tradición ininterrumpida'; en otras palabras, denota un linaje ininterrumpido de conocimiento impartido.
Al describir la tradición, Sadhguru dice: «La India es el único lugar en el que existió este tipo de tradición. Es decir, una persona se da cuenta de algo y busca a alguien que sea verdaderamente dedicado, que mantenga esta verdad por encima de su vida. Busca a esa persona y se la transmite a ella. Esta persona busca a otra así y se la transmite. Esta cadena continuó durante miles de años sin una sola interrupción. Esto se conoce como «Guru-Shishya paramparya».
Aunque conocían la escritura, nunca escribieron los aspectos espirituales de la vida porque, una vez que los escribes, los leerá todo tipo de gente equivocada y los interpretará mal. Solo debería conocerlos una persona que se encuentre en un determinado nivel de experiencia; los demás, no. Así era como se transmitía. Solo cuando se empezó a interrumpir la Guru-shishya paramparya, se empezaron a escribir las verdades espirituales. Hasta entonces, nunca se escribieron. Una vez que las escribes, las primeras personas que van a leer estos libros son los académicos. Una vez que llega a las manos de los académicos, se terminó. La verdad se acabó».
La ciencia del yoga consiste en hacer que una persona trascienda los órganos de los cinco sentidos y conozca su naturaleza suprema. Para ello, es importante que cuente con el apoyo de energía necesario. Sadhguru explica: «Aquello que no está en tu experiencia no se te puede enseñar de manera intelectual. Solo se te puede enseñar llevándote a una dimensión diferente de experiencia. Para llevar a una persona de una dimensión de experiencia a otra, necesitas una herramienta o un dispositivo que sea de un nivel más alto de intensidad y energía que en el que estás ahora mismo. Ese dispositivo es lo que llamamos el "gurú"».
«Un gurú no es un maestro. La relación Guru-shishya se da sobre una base de energía. Él te toca en una dimensión en la que nadie más puede hacerlo. Hay un espacio en el que nadie más, —ni tu esposo, tu esposa, tu hijo, tu padre—, puede tocarte. Ellos solo pueden tocarte en tu emoción, tu mente o tu cuerpo. Si quieres alcanzar la cima misma de tu consciencia, necesitas mucha energía, toda la energía que tengas y más. La relación Guru-shishya se ha vuelto tan sagrada e importante porque, cuando llega el momento de crisis en el crecimiento de un discípulo, este necesita un pequeño empujón en el nivel de la energía. Sin ese empujón, él no tiene la energía necesaria para llegar a la cima. Solo alguien que está en un plano más alto que tú puede darte ese pequeño empujón. Nadie más».
Sadhguru ha creado muchas herramientas que ayudan a la transmisión del yoga. El espectacular Adiyogi Alayam fue consagrado como un espacio poderoso para la transmisión del yoga clásico. Sin embargo, en el contexto de la tradición Guru-shishya, Sadhguru habla del valor de otra herramienta: «Debido a que la Guru-shishya paramparya se está interrumpiendo, el Dhyanalinga es una tremenda herramienta en esa dirección. No es una deidad, es solo una herramienta. Si estás dispuesto a sentarte allí por unos minutos, verás que te hace cosas. Incluso una persona que desconozca totalmente la meditación, que no tenga consciencia de la meditación, si se sienta allí, se volverá meditativa en pocos minutos. Una vez que ha estado en el ámbito del Dhyanalinga, dondequiera que se siente, naturalmente, se vuelve meditativa».
Nota del editor
Los programas Hatha Yoga de Isha son una exploración exhaustiva del hatha yoga clásico. Reviven varias dimensiones de esta ciencia antigua que están, en gran medida, ausentes en el mundo de hoy. Estos programas ofrecen una oportunidad incomparable para explorar Upa-Yoga, Angamardana, Surya Kriya, Surya Shakti, Yogasanas y Bhuta Shuddhi, entre otras prácticas yóguicas potentes.
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