Manasarovar
Manasarovar, explica Sadhguru, un remanente del antiguo mar de Tetis, es un lugar que desempeñó un papel fundamental en la evolución espiritual y, muy probablemente, incluso en la evolución física de la especie humana.
Sadhguru sobre Manasarovar
Desde mi infancia, he oído muchas historias sobre cómo yakshas, ganas y devas vinieron de algún otro lugar y se llevaron a esta princesa, se casaron con aquella persona, pasó esto, pasó lo otro… todo tipo de historias. Las disfruto, las aprecio, pero creerlas no está en mí. Nunca creí ni una palabra, pero reuní una rica acumulación de historias de diversas fuentes en mi interior porque me gusta la naturaleza de las historias. Me gusta la imaginación que hay detrás de ellas. Pero cuando fui a Manasarovar, por primera vez vi que allí ocurrían cosas que nunca jamás creí posibles. Poco a poco, empiezo a preguntarme si todas estas historias de hecho podrían ser ciertas. Me hace sentir un poco tonto porque me he forjado una reputación en todo el mundo de un gurú que habla claro, que es absolutamente lógico, nadie puede encontrar una brecha en mi lógica. Pero ahora, si hablo de lo que veo, sobre todo en Manasarovar, me juego mi reputación. Y me hará parecer un tonto fanático de los ovnis…
Han existido numerosas referencias en las escrituras sánscritas de la India sobre seres de más allá que visitaban este lugar y realizaban transacciones con la población local y otras cosas. Siempre las descarté como imaginación exagerada. Los indios son buenos cuentacuentos. Tenemos las mejores historias del planeta. No hay ninguna historia como el «Mahabharat»: una historia tan elaborada, una historia dentro de otra historia dentro de otra historia dentro de otra historia… y de otra historia. Así que lo aprecié como nuestro talento para contar historias, no como ningún tipo de realidad. Nunca consideré que esto de hecho pudiera ser una realidad. Pero cuando miras alrededor en el mundo, ha habido historias similares en todas partes. Todos ellos no podrían haber inventado el mismo tipo de historias a menos que algo hubiera sucedido realmente. La Biblia habla claramente de historias similares, y en particular la cultura griega habla de historias muy parecidas, nombres que suenan muy parecidos… Desde los tiempos del Rig Veda, hemos estado hablando de viajeros de las estrellas o de personas que venían de las estrellas, o de una nave espacial. Otro tema muy común en las escrituras sánscritas es el de la gente del cielo, o los viajeros del cielo, su contribución a las sociedades locales, cómo visitaron este planeta… tantas historias. Palabras similares e historias similares existen en la cultura sumeria, y también en ciertas culturas de Arabia y del norte de África. En Sudamérica también hay historias muy similares. Qué historias tenían en Norteamérica, no lo sabemos, porque esas culturas fueron completamente borradas. En su cultura llevan historias similares con palabras parecidas. He oído muchas historias así, pero pensé que era la imaginación excesiva de la mente humana.
Manasarovar es un remanente del mar de Tetis. Lo que era un océano está ahora a 4500 metros de altitud. El agua se ha vuelto dulce después de estos cientos de miles de años, pero aún conserva las características de un océano en cuanto a lo que se encuentra ahí. Sobre todo, hay un montón de transacciones de otro tipo de vida… Hace ya muchos años que vamos ahí, me atrae compulsivamente. Desafortunadamente, mis estancias allí han sido muy, muy breves, y siempre han sido con grupos grandes de personas demasiado distraídas por sus propias incomodidades y problemas: frío, falta de oxígeno en el aire, todas estas cosas. Pero la poca atención que le hemos prestado ha dado sus frutos de muy diversas maneras.
Lo que vemos en Manasarovar es vida, pero no de la forma en que conocemos la vida. Los parámetros básicos de la vida tal y como la conocemos son que es individual o, cuando se une, pierde su individualidad. Esa es también la base de nuestro proceso espiritual. Y la vida aquí es o consciente o no consciente. Pero lo que veo en Manasarovar desafía estos parámetros. Es individual y, al mismo tiempo, fusionada. Parece inconsciente y que se mueve por tendencias, pero es muy consciente. Esta vez en particular lo tengo claro al 100%: son muy, muy conscientes, mucho más conscientes de lo que son la mayoría de los seres humanos, pero al mismo tiempo se dejan llevar como por automatización. Es muy difícil explicar algo sobre ellos, ya que no tenemos el lenguaje para articular esto porque desafía todos los fundamentos de la lógica.
Hay mucho tráfico de estos seres ocurriendo en Manasarovar. Sobre todo a primera hora de la mañana, entre las 02:30 y las 03:45, hay una actividad enérgica. Como un reloj, comienza a esa hora y exactamente a las 03:45 se detiene. En los sistemas yóguicos siempre se nos ha dicho que de las 03:40 a las 03:45 es «brahma muhurtham», ese es el momento de despertar. Muchos de nuestros brahmacharis en el ashram se despiertan a esa hora para hacer su sadhana. Desde que tenía poco más de 15 años, no importa dónde esté, en qué parte del mundo me encuentre, en qué zona horaria esté, a las 03:45 de la madrugada estoy despierto, al menos durante unos minutos. A veces me levanto, a veces me duermo después, pero a las 03:45 siempre me despierto. Nunca he podido explicarme por qué es así. Y exactamente a las 03:45 se detiene la actividad en Manasarovar, como si estuviera cronometrada. Aún no hemos averiguado todo al respecto, pero ahora está mucho más claro que hace dos años.
Especialmente esta vez, Manasarovar cedió ante mí de un modo diferente y me reveló otra dimensión de sí mismo. Puede que ahora se haya vuelto solo un sistema de creencias o un ritual, pero en muchas culturas, durante miles de años, esto ha sido un proceso vivo en el que algunas órdenes espirituales viajaban a partes del Himalaya y del Tíbet para encontrarse con ciertos seres que siempre han estado allí, guiándolos. Los yoguis indios siempre lo han hecho. Los budistas también han adoptado esto y van a ciertas partes del Himalaya donde se encuentran con sus Maestros del pasado. Los otros grupos esotéricos de los países de Asia Central lo han hecho durante siglos. Y los drusos de Oriente Medio, que siempre han creído que sus Maestros procedían del Himalaya, también continúan haciendo estos viajes.
Debajo del lago, hay un espacio en el que está ocurriendo algo más allá de lo que podemos imaginar lógicamente, y este proceso aún está por descifrarse. Es una cavidad enorme en la que suceden diversos tipos de procesos vitales…
En muchos sentidos, este lugar ha sido la piedra angular del proceso espiritual. Las ciencias esotéricas y místicas han evolucionado a partir de esto de muchas maneras diferentes. La demografía ha cambiado en los últimos 800 a 900 años, pero, esencialmente, la India era una nación cuyo dios básico era Shiva, siempre. Como todo el mundo sabe, hay miles de templos para Shiva y muchas más historias sobre él, pero ni una sola historia sobre su infancia. No tiene antecesores. Él no nació de nadie aquí, ese es un hecho establecido en nuestra cultura. Vino de otra parte. Y sabemos que sus amigos, los ganas que estaban a su alrededor, siempre fueron descritos como duendes y demonios, seres distorsionados y dementes. Él siempre estaba en compañía de ese tipo de vida que no parecía humana. Los humanos lo adoraban, pero su compañía inmediata nunca era humana. Y no hay vejez, no hay tumba. Y en repetidas ocasiones, se cuenta que ninguna mujer podía tener un hijo de él. Ni Sati ni Parvathi tuvieron hijos de él. Los dos hijos suyos salieron de sus cuerpos tántricos. Ya sabes cómo Ganesha fue creado con pasta de sándalo, y cómo Subramanya o Murugan o Skanda —como lo llamamos por diferentes nombres—, nació en seis vientres diferentes de seis «apsaras». «Apsaras» significa, una vez más, que no pertenecían a este planeta. Existe toda una historia de cómo esos seis cuerpos se fusionaron en uno. Esencialmente, todas las descripciones sobre Shiva indican que no pertenecía a este planeta. De hecho, en los sutras de Shiva, se refieren a él como «yakshaswaroopi», lo que significa que no es de aquí. Nunca consideré que todas estas cosas pudieran ser ciertas, pero después de haber estado en Manasarovar, y después de lo que hemos presenciado y experimentado ahí, todo esto se está volviendo una gran realidad que me hace temblar dentro de mí ahora mismo.
Cuando fuimos esta vez, se abrió una realidad diferente. Allí ocurre algo increíble e indescriptible. Debajo del lago, hay un espacio en el que está ocurriendo algo más allá de lo que podemos imaginar lógicamente, y este proceso aún está por descifrarse. Es una cavidad enorme en la que suceden diversos tipos de procesos vitales, algunos de ellos de la forma en que conocemos la vida, la mayoría de ellos los desconocemos. El material básico que parecen utilizar para hacer lo que sea que estén haciendo allí es de color azul eléctrico y lo mantienen como un espacio sagrado. Y no hace falta que te lo diga, todos los dioses importantes de esta cultura siempre han sido descritos como de cuerpo azul. Cualquiera que haya recorrido el camino yóguico y haya hecho cierto tipo de sadhana, naturalmente su aura se vuelve azul, azul eléctrico. Es muy difícil articular lo que he visto en Manasarovar porque es lógicamente imposible de explicar. Es vida, pero no como la conocemos.
- Yakshas: seres celestiales que se cree que habitan en lugares recónditos.
- Ganas: Según la leyenda hindú, asistentes de Shiva que viven en Kailash.
- Devas: Dioses o seres celestiales de la mitología hindú.
- Mahabharat: una de las dos grandes obras sánscritas de la India antigua.
Nota del editor
Complementa esta lectura con el siguiente video en el que Sadhguru explica que en la cultura india hay muchos rituales y procesos para conseguir acceso a seres del más allá y conseguir su cooperación.