La Tierra viviente: redescubriendo la importancia del suelo en nuestras vidas
Explora el rol crucial del suelo, su impacto en nuestras vidas y los recientes esfuerzos globales para restaurar su salud. En este artículo, Sadhguru expone la necesidad de políticas y prácticas sustentables para preservar el cimiento vital de la Tierra.

Entendiendo nuestra relación con el suelo
Sadhguru: Mi interés en el suelo no es uno académico. He estado preguntándole a las personas, «¿Cómo es posible que no adviertes lo que le está sucediendo al suelo?». No es porque no seas un científico del suelo o un ecologista que no lo notas; el verdadero problema es que nunca has observado realmente la vida. Estás tratando acumular conocimientos acerca de la vida sin prestarle atención. Esto ocurre porque nuestros sistemas educativos nos premian por nuestra memoria en lugar de por nuestra atención.
Si prestas verdadera atención a tu vida, ¿Cómo puedes no darte cuenta de que el suelo es la base de nuestra existencia? ¿Cómo puedes vivir en este planeta sin saber que todo lo que comes, todo lo que consumes, y tu cuerpo mismo están compuestos por suelo, agua, aire y otros elementos? No se necesitan conocimientos científicos para entender eso.
Yo he estado en este planeta por más de seis décadas y media, experimentando la vida como cualquier otra criatura. Al igual que un gusano, yo también me veo afectado por lo que le sucede al suelo. Pero muchos seres humanos han perdido esta sensibilidad porque se han sumido demasiado en sus pensamientos.
Los granjeros solían ser individuos que podían sentir lo que le estaba sucediendo al suelo. Pero, desafortunadamente, en los últimos cincuenta años, incluso los granjeros han perdido contacto con él. En lugar de escuchar a la tierra, han empezado a confiar en los laboratorios. Aunque los laboratorios son útiles para las innovaciones, es esencial recordar que el suelo es donde todo sucede.

El ciclo de vida natural y sustentable
Este árbol es suelo. Este edificio es suelo. Yo soy suelo. ¿Puedes identificar algo aquí que no sea suelo? Todo, ya sea un cohete, una computadora o una banana; es, en última instancia, suelo. El suelo es de donde venimos, de lo que vivimos, y a donde volvemos. En esencia, en lo que respecta al planeta, somos parte de su proceso de reciclaje. Porque la Tierra está viva, nos recicla.
Con frecuencia asumimos que nuestras vidas están separadas, pero en realidad todos formamos parte de un reciclaje. ¿Hay alguien que no vaya a volver al suelo? Quizá podamos extender nuestras vidas unos cuantos años, pero eventualmente todos volveremos a la tierra. Esta comprensión no proviene del conocimiento científico que se encuentra en los libros o en los laboratorios, sino simplemente de prestar atención a nuestras vidas. Si entendemos verdaderamente cómo estamos hechos, naturalmente nos interesará lo que origina la vida.
Ya sea en la India, China, los Estados Unidos o cualquier otro país, el problema sigue siendo el mismo. En los últimos 50 años, los agricultores alrededor del mundo se han entusiasmado cada vez más con el uso de productos químicos. En 1918, un científico alemán introdujo el fertilizante químico, y cuando la gente lo aplicó a sus campos, pareció funcionar como magia. Nos enamoramos tanto de esta «magia» que nos olvidamos de la importancia del suelo en sí mismo.
El fertilizante se concibió inicialmente como un complemento, pero comenzamos a depender de él para cultivar en suelos desprovistos de vida. Es crucial recordar que solo la vida puede producir vida. La vitalidad del suelo está produciendo tanta vida, que vemos como comida. Ya sea que tomes una zanahoria, una banana, pollo o cualquier otra cosa, es vida. Consumimos vida para sustentar la nuestra y, eventualmente, esta vida será consumida por otras vidas. La naturaleza de la vida es un ciclo natural y sustentable.

Las consecuencias de la dependencia química
Como adquirimos ciertas herramientas químicas que nos dan resultados, nos emocionamos mucho. A principios del siglo XX, hemos presenciado hambrunas terribles en muchas naciones de todo el mundo. Cuando se introdujeron los fertilizantes químicos, se pensó que eran la mejor solución para las condiciones de hambruna porque podían multiplicar la productividad. Los químicos en sí mismos no eran el problema.
El problema es que no nos hemos dado cuenta de que el suelo es una sustancia viva, la mayor sustancia viva no solo de este planeta, sino de todo el universo conocido. Es como si hubieras estado consumiendo buena comida y estuvieras sano, pero cuando fuiste al médico para hacerte un chequeo, te dijeron: «tus niveles de hierro no son buenos», y te recetaron una pastilla. Te tomaste esta pastilla y te sentiste muy bien. Entonces pensaste: «Voy a tomar cien pastillas y dejaré de consumir alimentos por completo».
Esto es lo que le hicimos a la tierra. Agregamos algún producto químico, y hubo resultados. Olvidamos que el suelo está vivo, y el producto químico solo lo activó. Pero, con el tiempo, con los mismo químicos, comenzamos a matar el suelo, pensando que produciría buenos resultados. Desafortunadamente, este no es el caso. Las agencias de la ONU afirman claramente que solo quedan entre 50 y 55 años de suelo agrícola en este planeta. Después de eso, no podrá haber agricultura porque el suelo en todas partes está alcanzando este punto crítico.

La crisis del contenido orgánico del suelo
El contenido orgánico requerido en climas templados y en climas tropicales varía. En climas tropicales, aun con menor contenido orgánico, se puede producir más comida. Pero a medida que uno se mueve a latitudes más altas, se necesita más contenido orgánico para obtener los mismo resultados. Sin ir más allá en los datos, es importante señalar que este problema es universal, y afecta a todos los países del mundo.
La agencias de la ONU han declarado que cualquier región con menos del 1% de contenido orgánico en el suelo está experimentando desertificación. El contenido orgánico medio más alto se encuentra en los países del oeste y norte de Europa, con un 1.42%. En el sur de Europa, ronda el 1.1%, mientras que en Estados Unidos es de aproximadamente 1.25%. El contenido orgánico medio de África es de 0.3%.
En la India, 62% de la tierra contiene menos del 0.5% de contenido orgánico. Incluso los lechos de ríos históricamente fértiles están sufriendo ahora la degradación del suelo.

Revitalizando la salud del suelo: esfuerzos y avances globales
Afortunadamente, se están tomando acciones correctivas. El gobierno de la India anunció un presupuesto de 19,000 millones de rupias para rejuvenecer 13 ríos importantes a través de intervenciones basadas en el suelo y los árboles, y diez estados firmaron memorándums de entendimiento para salvar el suelo. El gobierno chino ha iniciado un estudio del suelo.
De manera similar, la Unión Europea ha comenzado un proceso consultivo. Estados Unidos ya ha invertido dinero; el Reino Unido está haciendo algo, y los países de la Commonwealth se están uniendo. Hay avances. Ya no tengo ninguna duda de si sucederá o no. Definitivamente regeneraremos el suelo. Lo importante es la velocidad. ¿Lo haremos dentro un plazo razonable?
En promedio, 27,000 especies se extinguen cada año. A este paso, en unos 20 o 25 años, llegaremos a un punto en el que regenerar el suelo se volverá extremadamente difícil. La salud humana, tanto física como mental, se verá impactada significativamente sin este actividad microbiana. No podemos mantener la salud física o mental sin ella.
Afrontando la degradación del suelo y la crisis alimentaria global
Aunque siempre habrá algunos seres humanos sensatos que hagan cosas sensatas, es esencial volverlo política gubernamental. Esto asegura que no solo hoy, sino incluso dentro de 100 o 500 años, la gente seguirá conociendo y aplicando la normativa. Por ejemplo, si tienes tierras de cultivo, debes mantener un mínimo del 3% de contenido orgánico. Esto debe implementarse y hacerse cumplir.
Existen leyes urbanísticas que regulan la construcción de ciudades, pero para la tierra de cultivo, no existen tales leyes. Si alguien tiene 40 hectáreas de tierra, y las convierte en desierto en 10 años, nadie lo cuestionará; no se considera un delito.
La recuperación de la materia orgánica debe suceder al principio con fuertes incentivos del gobierno. Pero más allá de cierto punto, también debe volverse punitivo, como cualquier otra ley. Esto debe suceder en todo el mundo. Otro aspecto es que la comida debe ser cultivada donde la gente reside. Desafortunadamente, en la actualidad, la comida es cultivada en un lugar, mientras que la gente vive en otro. Esta situación entraña el constante riesgo de hambruna.
Actualmente, siete países de África están experimentando condiciones de hambruna, pero los medios de comunicación no le dan amplia cobertura al tema. Si el problema no se ve, se le considera inexistente. Pero no se les puede ignorar a quienes mueren por falta de alimentos. Se estima que entre 300,000 y 360,000 niños morirán este año por desnutrición tan solo en África. Podemos cerrar los ojos y fingir que no sucedió nada, pero el sufrimiento humano regresará de muchas maneras diferentes.

Unidos por el suelo
Que granjeros individuales adopten y promuevan la agricultura sustentable por sí solos no es suficiente. Es esencial convertirlo en política, comenzando con iniciativas basadas en incentivos y, eventualmente, estableciendo leyes vinculantes en todas las naciones. Esta transformación es una por la que estamos trabajando en la India, Europa y América. Por ejemplo, si alguien es dueño de tierras de cultivo, debe mantener un mínimo del 3% de contenido orgánico.
Las naciones políticas pueden diferir, pero cuando se trata del suelo, somos una sola humanidad, y una sola vida. Una sola Tierra, una sola familia, un solo futuro; este es el camino a seguir.
Para mayor información sobre Save Soil, visita consciousplanet.org



