La boda de Adiyogi y Párvati: una historia que cambia nuestra perspectiva sobre la vida
Sadhguru nos invita a reevaluar nuestro enfoque sobre la vida, instándonos a experimentar las cosas sin intentar confinarlas en nuestra propia lógica personal. A través de la intrigante historia de la boda de Adiyogi y Párvati, arroja luz sobre la percepción social versus la verdad existencial. Subraya que los aspectos de la vida como el misticismo no deben entenderse tradicionalmente, sino experimentarse directamente. En esencia, el artículo nos anima a estar abiertos a la vida tal como se desarrolla y a aceptar sus experiencias.

Pregunta: Sadhguru, ¿puedes compartir tu perspectiva sobre cómo podemos entender verdaderamente la vida?
Redefinir la comprensión
Sadhguru: Veamos qué significa realmente la comprensión. Mucha gente cree que para entender algo, deben adaptarlo para que quepa en su propio marco lógico. Aunque, fundamentalmente, todos aprendemos los mismos principios de la lógica, cada uno de ustedes tiene su propia versión ligeramente distorsionada. Es por esto que hay tantos argumentos y debates. Cuando algo encaja en tu estructura lógica, crees que lo has entendido. Deberías renunciar a ese esfuerzo por comprender.
No has entendido nada sobre la naturaleza de nuestra vida. ¿De donde vienes? ¿A dónde irás? En nombre de la religión, es posible que tengas algunas historias tontas. Pero ¿qué sabes realmente sobre tu propia existencia? Nada.
El misticismo tiene que ver con experimentar, no con comprender. Porque, cuando intentas comprender algo, o bien creas una fantasía en tu mente, o bien te limitas solo a aquello que se adapta a tu sentido de la lógica. Evita hacer eso.
Mientras te puedas poner otra vez de pie, deja que cualquier cosa suceda. Mi bendición es: deja que todo suceda. Cuando piensas que ciertas cosas no deberían suceder, significa que esperas que la vida solo se presente en una forma particular; y, si ocurre de una forma diferente, quieres rechazarla. Asegúrate de estar abierto y dispuesto a dejarla venir en cualquier forma.

La presencia salvaje de Adiyogi
El misticismo es misterioso para ti porque no puedes entenderlo; solo puedes experimentarlo. Esto sucedió cuando Párvati quiso casarse con Adiyogi, el propio Shiva. Ella estaba intrigada, emocionada y abrumada por su presencia. Shiva vivía de manera verdaderamente salvaje, con el pelo enmarañado y una piel de elefante para cubrirse.
Era el tipo de hombre más salvaje que puedas imaginar. Según la leyenda, cuando se encontraba al lado de un caballo adulto, su cabeza estaba al nivel de la cabeza del caballo. Y, cuando llegó al sur de la India, la gente lo describió diciendo que tenía el doble de estatura que una mujer promedio. Incluso hoy en día, se pueden encontrar ciertas tribus en el sur de la India con constituciones robustas y pesadas. Los hombres miden típicamente alrededor de un metro y medio y las mujeres son un poco más bajas. Según estas descripciones, suponemos que Adiyogi medía entre 2,60 y 2,80 metros de altura aproximadamente.
Cuando este hombre enorme, envuelto en piel de elefante, cerraba los ojos, estaba completamente ebrio, bailando salvajemente. La gente lo seguía como si fuera un flautista de Hamelín. Párvati estaba tan abrumada por él que quería casarse con el hombre. Él no era de los que se casaban; pero, al ver su firmeza y su disposición a hacer cualquier cosa por él, aceptó.
Ella regresó a casa y, de alguna manera, convenció a su madre; pero su padre se enojó mucho y dijo: «Él no es un hombre; es una criatura salvaje. Tú eres una princesa. ¿Cómo puedes casarte con él?». Pero ella dijo: «Si no es así, moriré». Entonces estuvieron de acuerdo con la boda.
Todas los que eran alguien en la región, incluidas las personas de la alta sociedad y la realeza, convergieron. Todos esperaban que llegara el novio. En la India, incluso hoy en día, esta tradición aún se mantiene vigente, especialmente en la zona norte del país, donde se la denomina Bharat. El novio llega montado a caballo con una comitiva de amigos y familiares, en una gran exhibición de su riqueza y fuerza como parte de la celebración cultural.

Una transformación matrimonial de proporciones épicas
Adiyogi llegó, con sus casi 2,80 metros de altura, su cuerpo envuelto en una piel de elefante que todavía goteaba sangre. Lo acompañaban todos sus amigos, un grupo de duendes sin forma que creaban una cacofonía de ruido, diferente de cualquier lenguaje humano. Todos estaban muy ebrios, y Adiyogi entró como un elefante. La madre de Párvati, Mina, miró esto y dijo: «¿Qué? ¿Este es el hombre con el que se casará mi hija?». Incapaz de imaginarlo, perdió el conocimiento.
Cuando Párvati vio a su madre desplomarse, y sabiendo que su padre estaba de todas formas en contra de su matrimonio, corrió hacia Adiyogi y dijo: «Por favor, cambia tu forma. Solo yo sé quién eres. Ellos solo miran tu apariencia. Para ellos, eres una criatura, no un hombre. Haz algo». Él la miró y le preguntó: «¿Qué está mal conmigo?». Estaba en el estado físico adecuado para estar en la montaña. Pero, como un novio que entra en el salón de bodas, parecía un poco fuera de lugar.
Entonces ella gritó: «¡Por favor, hazlo! De lo contrario, mi madre podría renunciar a su vida». Entonces Adiyogi cedió y cambió su forma a lo que conocemos como Sundaramurti. «Sundaramurti» significa 'la forma más bella'. De repente, todos lo miraron, profundamente impresionados, como si fuera el novio más adecuado para cualquier princesa. Él ni siquiera estaba interesado en casarse ni nada por el estilo; simplemente cedió a ella.
Más allá de lo convencional: abrazar el misticismo
Esta historia ilustra que lo que ves solo es relevante en un contexto social. No tiene relevancia una vez que te aventuras en ciertas otras dimensiones. No te dejes llevar por tu comprensión habitual y clasifiques todo como bueno o malo, aceptable o no aceptable, bello o feo. Ve simplemente, como la brisa. Lo que sea que pase, pasa. Si no pasa nada, genial. No intentes comprender, porque el misticismo no está hecho para ser comprendido, sino para ser percibido y experimentado.


