L a mayoría de los que han crecido en esta cultura habrán oído hablar bastante del karma. Aun así, la pregunta sigue ahí: ¿cómo salir de este ciclo aparentemente interminable de actividad y karma, causa y efecto? ¿Hay actividades que sean más propicias que otras en el camino hacia la liberación? En realidad, ninguna actividad en absoluto sería lo mejor: ningún movimiento en el cuerpo, ningún movimiento en la cabeza. Pero ¿cuánta gente es capaz de eso? Esto ocurrió hacia el final del Raj británico, cuando el movimiento independentista cobraba fuerza y los británicos sabían que su dominio en la India pronto llegaría a su fin. Antes de irse, querían tomar todo lo que pudieran. Cuando la Gran Depresión golpeó las economías de todo el mundo, sus ojos se posaron en los templos del sur de la India. Aunque la gente era pobre y pasaba hambre, cuidaban bien de sus dioses, y los templos acumularon enormes tesoros.

Si realizas cada actividad como una ofrenda, tus ataduras kármicas comenzarán a desenredarse.

Los británicos vieron esto como una gran fuente de ingresos y pusieron los templos bajo su control. Un día, uno de los recaudadores se topó con la siguiente anotación en el libro de cuentas de un templo: Onnum Panaadha Swami ki Sapadu que se traduce como 'comida para el swami que no hace nada, 25 rupias al mes'. El recaudador dijo: «¿Por qué deberíamos alimentar a un hombre que no hace nada? Cancélalo». Preocupado, el sacerdote del templo se dirigió a los administradores y les dijo: «¿Cómo no vamos a darle de comer?». Uno de los administradores le pidió al recaudador que lo acompañara a ver al swami que no hacía nada. El administrador le pidió al recaudador que simplemente estuviera allí y no hiciera nada, igual que aquel swami. El recaudador pensó: «¿Cuál es el problema?», pero a los cinco minutos dijo: «Está bien, dale de comer a este hombre». Este swami hacía tanto nada que algo tremendo sucedía allí. Ajeno a esta dimensión, pero aun así abrumado, el recaudador se dio por vencido.

Alguien que no hace absolutamente nada está libre de la memoria kármica y de los ciclos kármicos. Mientras estés identificado con tu memoria kármica, el pasado se repite a sí mismo. «Karma» significa ‘acción’ y ‘memoria’ al mismo tiempo. No hay memoria sin acción y no hay acción sin memoria. Mientras te gobierne tu memoria, te empujará a hacer algo. Solo si te distancias completamente de tu memoria pasada serás capaz de sentarte quieto. Puedes hacer un experimento: trata de hacer no hacer nada en absoluto por diez minutos. Ningún pensamiento, ninguna emoción, ningún movimiento. Si esto no es posible para ti todavía, si hay mil cosas pasando por tu mente y no puedes sentarte quieto, entonces la actividad es absolutamente necesaria. Esto se aplica para la mayoría de los seres humanos. Entonces, ¿qué tipo de actividad deberías elegir? ¿Deberías conducir un autobús? ¿O montar una bicicleta? ¿O nadar en el río? ¿O sentarte en la oficina? ¿O chismorrear con tus amigos? ¿O fumar marihuana? Lo que importa no es la naturaleza de tu actividad, sino la forma en que la llevas a cabo.

El karma crece a partir de la autogratificación y el engreimiento.

El estado físico y mental de la mayoría de las personas es tal que exige actividad. Llevar al cuerpo y a la mente a un estado de liberación de toda actividad requiere mucho trabajo. Por ahora, es aconsejable mantener el cuerpo y la mente en un cierto nivel de alerta y agilidad, para que, cuando llegue el momento, estés preparado. Hasta entonces, tienes que lanzarte a una actividad incesante. Lo importante es no darte a ti mismo un descanso. Y la actividad no debería ser sobre ti. Cuando haces algo que es necesario para alguien más, la actividad que realizas no es tuya. No tienes nada que conseguir, nada que mostrar. Realizar actividad como una ofrenda es una forma sencilla de apagar la grabadora kármica en tu interior. Mientras tengas la necesidad de hacer algo y te identifiques con tu actividad, la grabadora kármica registra esta actividad para ti y sus consecuencias se multiplicarán. En contraste, si tú mismo no tienes la necesidad de hacer nada, pero haces algo porque lo necesita otra persona u otra cosa, entonces la actividad no resultará en ataduras kármicas.

Si eres capaz de eso, ninguna actividad es el camino a seguir. Se necesita mucho para no hacer nada a ningún nivel, ni físico ni mental ni emocional. Hasta que llegues ahí, haz la actividad como una ofrenda, sin identificarte con ella. Si hay algo que deba hacerse, lo haces. De otro modo, simplemente te sientas. Si no realizas actividad por engreimiento, no tendrá consecuencias kármicas. El karma crece a partir de la autogratificación y el engreimiento. Si estás plenamente vivo y activo pero no acumulas ningún karma nuevo, tu karma antiguo empezará a caer. Esta es la naturaleza del karma. Las viejas capas de karma solo se te pueden pegar si sigues añadiendo nuevas capas de pegamento kármico. Si nada de lo que ha ocurrido hoy se te pega, la memoria kármica de lo que ocurrió en el pasado se desintegrará.

Si realizas cada actividad como una ofrenda, tus ataduras kármicas comenzarán a desenredarse. Hasta que seas capaz de hacer nada, haz lo que quieras, pero hazlo como una ofrenda en tu interior. En un estado de ofrenda, te vuelves disponible para la Gracia.

Nota del editor

Complementa este artículo con este video en el que Sadhguru examina por qué se hace tanto énfasis en la presencia del gurú en la vida de un buscador y cómo es necesario desmontar hábilmente la estructura kármica para retener la vida y seguir viviendo como un ser liberado.