H ay dos formas de abordar tu vida. Una es fijarte metas e ir por ellas. ¿Qué tipo de metas fijarás? Algo que te ha impresionado del mundo, algo que aún no has hecho, algo que aún está por venir a tu vida. Intentas ser como alguien más o hacer algo que otra persona hace. Sean cuales sean las metas a los que llegues, todas están, de alguna manera, dentro de las limitaciones de lo que ya conoces, o quizá son versiones un poco exageradas de ello. ¿No es trágico pasarse un año entero intentando alcanzar lo que ya conoces? Mi intención es que te pasen cosas que no conoces; que entren en tu vida cosas que nunca imaginaste. Solo entonces tu vida se enriquecerá verdaderamente. ¿Cuál es el punto de hacer solamente cosas que ya conoces?

Si te vuelves consciente, harás lo mejor que puedas.

Cuando se trata de cosas financieras o físicas que quieres conseguir, tal vez, si son importantes para ti, puedes fijar tales metas. Personalmente, pienso que incluso ese es un desperdicio de vida. Supongamos que tienes un millón de dólares y tu objetivo es tener mil millones a final de año. Si no sucede, es algo bueno porque has vivido en esa esperanza. Pero, si ocurre, digamos que en el mismo mes de enero, entonces ¿qué vas a hacer? Querrás que se conviertan en diez mil millones de dólares. Hubo un tiempo en el que podías ser feliz con un dólar. Ahora, para la misma felicidad, necesitas un millón de dólares. Eso se llama inflación. Eso no es mejorar la vida.

Todo lo que haces con la vida es crear inflación. La inflación no es buena ni para la economía ni para tu vida. En física, inflar significa llenar algo, como cuando inflas los neumáticos de un coche con aire. Pero, en economía, inflación significa que ciertos parámetros se salen de control. Ahora tú creas inflación conscientemente en tu vida, esa no es una forma inteligente de proceder. Al fijarte metas con plazos determinados, puede que consigas unas cuantas cosas, pero no tendrán ninguna importancia para la vida que eres.

En lugar de fijarte metas para el año entero, simplemente establece esto: al final del día, debes ser un poco más alegre, un poco más logrado, un poco mejor. Esto no funcionará como meta: es mejor mirarlo en retrospectiva. Mañana por la noche, comprueba: «¿Soy un poco mejor que ayer?». Solo examina estas veinticuatro horas: eso te hará más consciente. No se trata de que estés alegre o en paz. Se trata de que seas consciente de tantos aspectos de tu vida como sea posible.

Al final del día, debes ser un poco más alegre, un poco más logrado, un poco mejor.

Darás lo mejor de ti en aquello de lo que seas consciente. La mayoría de las tonterías ocurren porque eres inconsciente de tantas cosas. Todo lo que tenemos que hacer es volvernos conscientes de todo: de nuestra propia naturaleza, de nuestros estados mentales, de nuestros estados emocionales, de nuestra vida, de nuestras situaciones físicas, de nuestras situaciones financieras, de nuestras situaciones ecológicas. Si te vuelves consciente, harás lo mejor que puedas. Eso es todo lo que tienes que hacer en la vida. Pero, en este momento, crees que, a menos que generes tensión, no conseguirás nada. Para llegar de donde estás a donde está tu meta, creas tensión; eso es como el efecto de una goma elástica. Intentas seguir moviéndote de un lugar a otro. De un nivel de estatus social a otro. De una situación financiera a otra. De un nivel educativo a otro. Esto no es distinto de cómo era el hombre de las cavernas, de cómo eran los cazadores y recolectores: «recoge todo lo que puedas».

En aquella época, amontonaban huesos, plumas y cosas por el estilo. Hoy, tal vez pienses en acciones, participaciones y propiedades. Tal vez pienses en conquistar otra nación. A nivel material, parece diferente; pero, fundamentalmente, es el mismo pensamiento rudimentario de acumular cosas. Toda esta acumulación tendría sentido si tuvieras un transporte organizado para llevarte todas estas cosas cuando te mueras. Tener tus propios muebles en el Cielo o, especialmente, en el Infierno sería genial. Si no, quién sabe: a lo mejor te dan esa silla con respaldo recto que no te gusta, así que llevar tu propio sofá sería estupendo.

Cualquier cosa que acumules, ya sean tus conocimientos, tu riqueza, tus relaciones o cualquier otra cosa, solo tiene valor para las transacciones actuales. Si las mantienes activas, te facilitarán algunas cosas. Tienen importancia social, pero no tienen ninguna importancia para la vida. En lugar de establecer metas, es mejor que encuentres formas de nutrir esta vida que eres. Si alimentas esta vida, solo tienes que medir el crecimiento. Supón que plantas un árbol de mango. Si te pones como meta que, a finales de 2018, debe dar mil frutos, de lo contrario lo talarás, lo único que ocurrirá es que cortarás el árbol. La forma de proceder es ver cómo nutrir este árbol de la mejor manera posible, y hacer eso. No te preocupes por conseguir mil frutos. Saldrá lo mejor que pueda salir del árbol. Si lo alimentas de cierta manera, puede ser más de lo que imaginas.

... la vida funciona mejor cuando te dedicas de lleno a ella, sin preocuparte por lo que venga después. 

No es bueno fijarte metas en ningún ámbito de la vida, porque solo estarás haciendo algo que ya conoces. No ocurrirá nada completamente nuevo en tu vida. Creo que eso es una tragedia. Que tus sueños se hagan realidad no es bueno. Si se hace realidad lo que ni siquiera te atreves a soñar, esa es una vida fantástica. Los resultados se producirán dependiendo de lo bien que manejes el proceso de la vida, así como de los tiempos y del lugar donde te encuentres. Hoy en día, puedes esforzarte un poco y ganar un millón de dólares. Hace mil años, alguien diez veces más inteligente que tú se esforzó bastante, pero, aun así, solo ganó una pequeña cantidad. Pero esta comparación no es el punto. Lo importante es que, para los tiempos que le tocaron vivir, rindió lo mejor que pudo. Para los tiempos en los que vives, ¿estás tú rindiendo lo mejor que puedes? Esa es la pregunta.

Sé que en todas las escuelas de administración se habla de fijar metas. Pero las metas no se fijan para sí mismas; se fijan para conducir a otras personas. Hay muchas personas que nunca dan lo mejor de sí, siempre están por debajo de su nivel. No son lo suficientemente conscientes para entender que, como ser humano, debes hacer lo mejor que puedas en tu vida. De lo contrario, la vida se desperdiciará. A esas personas, tienes que fijarles metas. Si eres un burro, cuanto menos hagas, más listo serás, porque no hay otras posibilidades para ti más allá de comer, reproducirte, dormir, pasar el rato y morir algún día. Como no hay posibilidades, cuanto menos hagas, mejor. Demasiada gente ha adoptado esta filosofía del burro. Piensan que, si hacen menos y consiguen más, lo están haciendo bien. En realidad, solo son estúpidos. Se están perdiendo toda la posibilidad de la vida.

La vida humana realmente sucede si te dedicas de lleno a todo. Si te contienes, te perderás la vida. Si no te entregas totalmente a lo que haces, no engañas a otra persona, solo te engañas a ti mismo sobre la vida. Una vez, le llegaron malos tiempos a Shankaran Pillai. Era un obrero de la construcción y realizaba trabajos menores para ganarse la vida. Tenía que cargar veinticinco ladrillos en una tabla, subirlos tres pisos, colocarlos allí, volver a bajar y así sucesivamente. Pero, luego de un rato, cuando el capataz se fue, Shankaran Pillai empezó a cargar el mismo conjunto de ladrillos arriba y abajo. Las personas que trabajaban con él vieron esto y le dijeron: «Oye, ¿por qué traes de vuelta los ladrillos?». «Bueno, el capataz no está mirando, ¿cierto?». «¡Pero ahora estás cargando los ladrillos en ambas direcciones, idiota! De la otra manera, al menos bajando, no habrías tenido que llevar la carga».

No es bueno fijarte metas en ningún ámbito de la vida, porque solo estarás haciendo algo que ya conoces.

Esto es lo que ocurre si intentas hacer menos: las cosas sencillas se convertirán en una carga en tu vida. La gente tiene tantos problemas simplemente para ir a la oficina y trabajar de nueve a cinco. No administran la empresa. No administran el gobierno. Es solo una porción de trabajo que alguien les ha dado, simplemente para ganarse la vida, ¡qué complicado lo vuelven! De hacer eso, se les sube la tensión y se les daña el corazón. Debes ver las escenas que ocurren en las familias. Solo dos personas viviendo juntas, ¡qué complicado! Niños pequeños, ¡cuánto sufrimiento causan! Solo de vez en cuando, son una alegría; el resto del tiempo, la gente los sufre inmensamente.

Su trabajo, sus hijos, sus cónyuges, sus casas, sus empleos, su forma de conducir... la gente lo sufre casi todo. Esto ocurre porque no son suficientemente conscientes para comprender que la vida funciona mejor cuando te dedicas de lleno a ella, sin preocuparte por lo que venga después. La vida sucede por tu involucramiento, no por lo que consigues. ¿Qué vas a hacer con lo que consigas? El único placer enfermizo que podrías tener es si te comparas con otra persona que tiene menos que tú. Si quieres conocer y disfrutar la vida, si quieres explorar todo el potencial de esta vida, la única forma es a través del involucramiento absoluto. Veamos qué sale de ahí. Si es invierno, no sale nada de la tierra. En primavera, con poco esfuerzo, sale mucho. Lo mismo ocurre con la vida.

El mayor error que comete la gente es estar orientada hacia los objetivos. Si te pones como objetivo iluminarte en 2018, a finales de año estarás totalmente hecho un lío. Si simplemente haces lo que tienes que hacer, la vida florecerá de forma natural.

Que el próximo año te traiga lo mejor. 

Bendiciones,