El objetivo global de Sadhguru: cómo podemos ayudar a construir un mundo sano y sostenible
Al concluir el íntimo e intenso programa Mystic Musings con Sadhguru en Bali y Camboya, un participante profundamente agradecido planteó una pregunta esencial a la luz del inmenso compromiso de Sadhguru a lo largo de los años. La pregunta, que representaba el sentimiento colectivo de muchas personas, se refería a las formas en que podríamos apoyar el extenso trabajo de Sadhguru dedicado al bienestar humano y a la consciencia medioambiental. Su respuesta engloba tres campos de actividad tangibles en los que podemos participar para apoyar su visión, más allá de nuestra sadhana individual, y hacer posible un impacto transformador en la humanidad y en el planeta. Sigue leyendo para descubrir cómo te puedes involucrar.
Pregunta: Sadhguru, has hecho tanto por nosotros. ¿Cuáles son las 3 cosas tangibles que podemos hacer por ti, además de nuestra sadhana?
Cultivar espacios consagrados a nivel mundial
También estamos construyendo centros en Bengaluru, Mumbai, Delhi y, probablemente, en Guwahati. Queremos crear espacios así dondequiera que alguien nos dé el terreno y el apoyo necesarios, porque mi intención es consagrar el planeta. No podemos hacerlo por nuestra cuenta, porque nunca nos hemos enfocado en el dinero.
Por casi 18 o 20 años, me aseguré de que la Fundación Isha permaneciera sin dinero, porque no quería atraer al tipo equivocado de personas a su núcleo. Quienes se incorporaron vinieron a trabajar por devoción y compromiso, no porque la fundación fuera rica. Ahora, tenemos personas para las que una montaña de oro no significa nada, aunque se la ofrezcas. Ha llegado el momento de crear espacios consagrados —espacios en los que la transformación se produzca solo con entrar en ellos—, porque eso es lo que funcionará para la humanidad a largo plazo.
Esto debe ocurrir en todo el mundo en la medida de lo posible. La India es un entorno más fácil para nosotros. Aquí somos más activos, porque la gente entiende este tipo de trabajo más rápidamente. Se requiere mucho más esfuerzo para ponerlo en marcha fuera de la India. Pero cualquier país me parece bien; solo necesitamos el apoyo necesario. Como los gobiernos estatales de la India nos ofrecen terrenos, naturalmente, nuestro trabajo se desarrolla mucho más aquí. Esto no se debe a un prejuicio nacional, sino simplemente a que aquí sucede más fácilmente.
Para hacer que esto suceda, necesitamos que mucha más gente esté haciendo prácticas y que comprenda el valor de lo que se está haciendo. Como parte de este esfuerzo, estamos apuntando a la juventud, y hemos ofrecido becas del 50 % y del 100 % para el programa Ingeniería Interior. Si puedes patrocinar esas becas —ya sean 10, 20, 100 o un millón según tu capacidad—, las pondremos a disposición de los jóvenes para que millones de ellos puedan acceder al programa y comenzar su práctica.
Sin meditadores que estén haciendo sus prácticas, no podemos hacer que esto suceda realmente. La gente tiene que tener alguna experiencia con las prácticas para apoyar esto. Ese es el paso inicial en el que estamos trabajando ahora mismo.
La meta de los 3000 millones que cambiará el mundo
En 2024, queremos llegar a unos cuantos millones de jóvenes, y a personas de todas las edades y capacidades que estén dispuestas a cerrar los ojos durante 21 minutos al día. Como un tercer paso, estamos abordando la salud mental con una práctica de 15 minutos que se ofrecerá en 12 o 15 variaciones diferentes. Si logramos que la población adulta cierre los ojos durante 15 minutos al día, el mundo cambiará significativamente.
Estamos explorando maneras de animar, al menos, a 3000 millones de personas a cerrar los ojos para finales de 2025. Estamos creando una mega aplicación para ofrecer esto. Necesitamos tecnología, dinero y apoyo en varios niveles para hacer que esto suceda. Por favor, ve de qué manera puedes contribuir.
Para el bienestar a largo plazo de los seres humanos, los siguientes 3 aspectos son importantes: la salud mental, un estado más meditativo y los espacios consagrados. El ser humano, u homo sapiens, es la especie más capaz y competente del planeta. Pero, desafortunadamente, nos hemos convertido en la especie más destructiva del planeta.
Vidas que desaparecen, mentes que se desmoronan
El número de especies que están desapareciendo, que son fundamentales para nuestra vida, es tremendo. Si todas ellas desaparecen al mismo ritmo durante otros 25 años, la vida humana colapsará. Cuando digo colapsar, no quiero decir que todos vayamos a morir. Lo primero que colapsará será el software. Se espera que, en 2045, el 50 % de la población mundial necesitará ayuda psiquiátrica. Pero encontrar a tantos psiquiatras será imposible. También se espera que, entre 2045 y 2055, el 20 % de la población humana podría suicidarse. Estos son nuestros hijos.
El 20 % de 10 000 millones significaría que 2000 millones de personas se suicidarían en un lapso de diez años. Esa sería la peor catástrofe que te puedas imaginar, pero esto es lo que esperan científicos responsables, y nos estamos encaminando en esa dirección. Pero, si hacemos las cosas correctas en los siguientes 5 a 10 años, podríamos revertir esta tendencia. Tal vez no podamos detener esta catástrofe por completo, pero podríamos mitigarla de manera significativa introduciendo prácticas que ayuden a las personas a cambiar su rumbo. Es posible hacerlo.
Salvemos el Suelo está avanzando, al menos, en términos de política. Una vez que se establezca la política, seguirá la acción, lo que podría llevar de 5 a 8 años más. También hemos estado trabajando con la COP 28 y ahora nos estamos preparando para la COP 29. Se está avanzando en la dirección correcta y esperamos que cobre impulso. La salud mental no puede esperar tanto. Tenemos que actuar con más rapidez; de lo contrario, las cosas se deteriorarán.
Cuando las poblaciones de microorganismos, insectos y gusanos colapsan, lo primero que colapsa en el sistema humano es el software, o nuestra estructura mental. Lo segundo que colapsará será el hardware, o nuestro cuerpo físico. Se espera que esto ocurra entre 2045 y 2060. La gente se suicidará a gran escala, porque el sufrimiento será tal que no valdrá la pena vivir. Si el 50 % de la población está sufriendo, de esa cifra, quizá el 20 % se suicide debido a un sufrimiento insoportable. No estamos lejos: solo hay que ver cómo están cambiando los patrones climáticos.
Si te fijas en la India, en abril ha hecho un calor sofocante en todas partes, con temperaturas superiores a los 40 grados Celsius. Durante más de cuatro meses, no ha llovido en muchos lugares. Este tipo de clima hace que sea difícil vivir allí. Si las temperaturas superan los 45 o 50 grados, ni siquiera puedes volar un helicóptero o un avión.
Nutrir la fortaleza mental en un mundo turbulento
Hay escasez de agua en casi todas las ciudades. Las que están mejor organizadas toman el agua de otras criaturas o de otros seres humanos para abastecer a su propia población, pero eso no durará mucho. Sobre todo, estamos viviendo de una manera que simplemente no es sostenible ni para nuestra salud física y mental, ni para la ecología.
Nuestra población está creciendo, no necesariamente porque haya más nacimientos —los nacimientos han disminuido—, sino porque todos nosotros vivimos más años. Vivir más años debería ser una bendición, pero, desgraciadamente, se ha convertido en una maldición. Cuando esa sea la situación, las personas empezarán a maldecirse unas a otras preguntado: «¿Por qué vives tanto?». Los estudios científicos demuestran claramente que vamos en esa dirección, pero seguimos como si nada pasara. La gente dice: «La ignorancia es dicha» —como saltar de un edificio alto: es bastante dichoso hasta que te estrellas contra el suelo—.
Queremos mejorar la salud mental en la medida de lo posible para que los seres humanos se comporten con sensatez cuando las situaciones se vuelvan difíciles. Si los seres humanos entran en pánico y se vuelven locos, será imposible manejar estas situaciones.