Sadhguru examina la naturaleza repetitiva del ciclo kármico y las tres maneras de abordar el proceso espiritual.

Sadhguru: La estructura kármica en cada ser humano es, esencialmente, cíclica. Este ciclo no va solamente de una vida a otra vida. Si eres lo suficientemente observador, verás que los acontecimientos generalmente se repiten en ciclos de entre doce años y cuarto y doce años y medio. Si observas con mucho más detenimiento, verás que, incluso en el plazo de un año, estos mismos patrones se repiten muchas veces. Si observas muy muy de cerca, los mismos ciclos se repiten muchas veces incluso en un mismo día. De hecho, el ciclo kármico entra en vigor cada cuarenta minutos. Estos ciclos de cuarenta minutos se denominan «galige» en canarés. Así que, cada cuarenta minutos, tienes la oportunidad de romperlos.

Es muy importante darse cuenta de esto. Si vieras que tu vida tan solo es un tonto ciclo repetitivo, que estás haciendo el mismo ciclo una y otra vez cada cuarenta minutos, te darías cuenta en dos días de que la forma en la que va no es buena. Si solo ves los ciclos una vez cada doce años, tardarás de veinticuatro a cuarenta y ocho años en darte cuenta de que esto no es bueno. Y, si ves los ciclos una vez cada vida, tardarás unas cuantas vidas en ver que esto no es bueno.

Depende de lo consciente que seas. Cuanto más consciente te vuelves, más cuenta te das de que vivir en un ciclo inconsciente no es bueno. Así que, cada cuarenta minutos, tienes la oportunidad de hacerte consciente de ello y romper el ciclo. Quieres romper tus muros actuales y marcharte.

Tres formas de abordar el proceso espiritual

Hay tres maneras de abordar el proceso espiritual. Una forma es, lentamente, hacer las cosas correctas a lo largo de unas cuantas vidas; lo conseguirás. Otra forma es que permanezcas en tus circunstancias actuales, hagas lo mejor que puedas hacer, te mantengas abierto y enfocado y te hagas disponible al proceso. En el último momento de tu vida, nos aseguraremos de que ocurra. La otra forma es que quieres conocerlo ahora. Quieres romper tus limitaciones ahora e ir más allá de tus limitaciones. Entonces, no deberías preocuparte por lo que ocurre a tu alrededor porque sucederán muchas cosas que nadie aprobará. La sociedad no lo aprobará, la gente no lo aprobará, tu familia no lo aprobará, ya que se relacionaron contigo porque eras un tipo de persona. Si te conviertes en otro tipo, ya no podrán relacionarse contigo.

Hay algo simple que puedes hacer: júntate con alguien que no te agrade. Pasa tiempo con esa persona, con mucho cariño, con alegría. Muchas cosas se romperán.

Supongamos que te casaste con alguien. Se casaron contigo porque eras un cierto tipo de persona. Si te conviertes en otro tipo de persona —quizás sea un tipo bello, pero de todas formas un tipo diferente—, de repente, eres un extraño para ellos. No pueden vivir contigo a menos que tengan la sabiduría y la sensatez de verte como una gran posibilidad, que «Mi pareja se ha adelantado. Es maravilloso tener a alguien que va por delante de mí». Si hay esa cantidad de sensatez, bien; pero, si llega tanta sensatez, entonces la relación se tiene que transformar. Ya no puede ser lo que era. Tiene que convertirse en otra cosa. Una vez que reconoces que alguien está muy por delante de ti, esa relación no puede ser de marido y mujer, de madre e hijo, de esto y aquello. Se convertirá en algo más. Así que, de alguna manera, lo que antes valorabas se romperá; o bien se romperá físicamente, o vivirás en el mismo espacio, pero aun así cambiará. ¿Cuánta gente en el mundo está preparada para eso? 

Así que, las otras dos opciones son mejores para mucha gente: haces las cosas correctas, estás disponible para tu Gurú y, cuando llegue el último momento, él se encargará de todo. O, ni siquiera estás dispuesto a estar disponible, pero estás dispuesto a hacer algunas cositas. Practica algo que te nutra para que, en algún momento en el futuro, algo suceda. No deseo eso para ti. O rompes tus limitaciones ahora o, al menos, debe suceder en el momento de la muerte. No soy una persona paciente. Practiqué la impaciencia durante vidas. La gente suele verme como una persona extremadamente paciente porque interpretan mi aceptación como paciencia, pero no lo soy. Quiero que todo avance rápido. No me gusta que nada vaya despacio.

No hay ninguna montaña interponiéndose entre tú y lo Supremo. No hay nada más que tú mismo, solo tu propia estructura mental. Si tienes que romper eso, tenemos que hacer algo al revés. Hay algo simple que puedes hacer: júntate con alguien que no te agrade. Pasa tiempo con esa persona, con mucho amor, con alegría. Muchas cosas se romperán. Pero siempre te juntas con alguien que te agrada; eso no es bueno para ti.

Si eliges algo que te gusta, fortaleces tu personalidad. Aprende a hacer cosas que no te gustan, a estar con gente que no te gusta y, aun así, vive tu vida sensatamente, amorosamente, alegremente. Todo se romperá.