Historia n.º 1: La esposa de Duryodhana se convierte en una devota de Krishna

Sadhguru: Bhanumati fue la esposa de Duryodhana. Ella era una muchacha extremadamente hermosa y solo tenía diecisiete años cuando Krishna fue huésped de Duryodhana en el palacio.

Duryodhana tramó un complot para emborrachar un poco a Krishna y obtener algún tipo de compromiso de él. Ella hizo todo tipo de arreglos y se aseguró que hubiera una cantidad suficiente de vino en la fiesta. Las amistades de Duryodhana vinieron, todos bebieron demasiado y todos perdieron el control. Pero Krishna mantuvo su temple y se dedicó a encantar a todo el mundo.

En todo este entusiasmo, Bhanumati también consumió más de lo que debía. Ella era una chica joven, no estaba acostumbrada a estas cosas y se puso muy borracha. Después de un tiempo, todos se emborracharon mucho y las cosas se salieron de control.

Bhanumati perdió el control de sí misma. Ella simplemente cayó sobre Krishna y comenzó a expresar su deseo por él. Krishna simplemente la sostuvo como si sostuviera a un bebé. Él vio de qué se trataba toda la situación y supo que si ella hacía algo en esta condición, ella misma no sería capaz de manejarlo más tarde. Como reina de Hastinapur, ella estaría acabada.

Así que él la cargó físicamente y la llevó al interior del palacio, fue a los aposentos de Gandhari ―su suegra―, y le entregó la joven a ella. A la mañana del día siguiente, Bhanumati estaba absolutamente agradecida con él por haber hecho esto. A partir de entonces, ella se convirtió en devota de Krishna.

Historia n.º 2: La orgullosa esposa de Krishna

Sadhguru: La segunda esposa de Krishna fue Satyabama, una mujer muy orgullosa. Ella creía que era la mujer más hermosa y rica, porque su padre era un hombre extremadamente rico y ella tenía toda la riqueza y joyas que quería. La vanidad era uno de sus problemas.

Una vez, en el cumpleaños de Krishna, Satyabhama decidió demostrar a todos lo mucho que amaba a Krishna. Ella quería repartir lo equivalente al peso de Krishna en oro entre la gente del pueblo.

A esto se le llama tulabara. Esto es algo que sucede en los templos. La gente equilibra su peso en una balanza frente al peso de mantequilla, ghee o arroz, y eso lo reparte entre las personas. Puedes dar arroz, sal, legumbres, oro o lo que sea que puedas pagar. Eso es parte de la tradición.

Satyabama dispuso el tulabara. La gente estaba impresionada, pero a Krishna no le impresionan esas cosas. Él fue y se sentó en la balanza. Ella sabía aproximadamente cuál era el peso de Krishna y ya tenía lista esa cantidad de oro. Pero cuando ella puso el oro en la balanza, esta no se movió ni siquiera un poco.

Algo similar sucedió cuando Krishna era un niño. Cierto demonio vino y trató de llevárselo. Entonces, Krishna se volvió extremadamente pesado y el demonio simplemente colapsó con Krishna encima de él y fue aplastado. En Kriya Yoga, hay una forma en la que un yogui puede aumentar o disminuir su peso. Hay muchas historias acerca de yoguis que se volvieron tan pesados como una montaña.

Krishna aumentó su peso y se sentó en el tulabara. Ella puso todo el oro que pensó que equilibraría su peso, pero fue en vano. Para entonces, todos en la ciudad habían acudido para mirar. Luego, ella les pidió a sus sirvientes que le trajeran todas las joyas que poseía. Una por una, ella colocó sus joyas en el tulabara con la esperanza de que eso funcionaría. Ella puso todo lo que tenía en la balanza, pero esta no se movió.

Ella comenzó a llorar porque esto era muy vergonzoso para ella. Todo el pueblo se había reunido allí para este ritual, pero ella no tenía suficiente oro. Alguien que siempre estuvo tan orgullosa de su fortuna y riqueza no tenía suficiente oro, ni tampoco sabía qué hacer.

Luego ella miró a Rukmini, una persona de la que ella siempre estuvo un poco celosa y con la que tenía problemas. Ella le preguntó a Rukmini: «¿Qué debo hacer? Porque esta vergüenza no es solo para mí, esto es para ti, para mí y para todos. ¿Qué hago?». Rukmini simplemente fue y tomó tres hojas de una planta de tulsi que estaba afuera y las puso en el tulabara. ¡Krishna simplemente subió!

Historia n.º 3: El devoto a medias de Krishna

Sadhguru: Krishna estaba almorzando un día. Satyabama sintió orgullo y placer por servirle, porque este no es un hombre que llegue a casa todos los días. Rara vez ella tiene la oportunidad de servirle una comida. Así que ella lo hacía con gran placer y alegría. 

Pero, en medio de su comida, Krishna se levantó de repente y, sin siquiera lavarse las manos, comenzó a correr hacia la puerta. Satyabama estaba atónita. Ella dijo: «¿Qué es esto? Por favor, termina la comida y ve».  Él dijo: «No, tengo que irme», y corrió hacia la puerta.

Pero entonces él se dio la vuelta, volvió y se sentó para continuar con su comida. Entonces ella preguntó: «¿Por qué corriste así y luego volviste? ¿Qué es eso?». Él dijo: «Uno de mis devotos estaba sentado en el bosque y su propio aliento de vida se había convertido en “Krishna, Krishna, Krishna”». Vi un tigre hambriento acercándose a él, así que tuve que ir. Fui hasta la puerta, pero entonces el muy tonto agarró una piedra, así que me di la vuelta. Deja que lo maneje él mismo».

Historia n.º 4: La cura para el dolor de cabeza de Krishna

Sadhguru: Una vez, en el cumpleaños de Krishna, hubo una gran preparación para una gran celebración con danza, música y demás. Un gran número de personas se había reunido. Pero Krishna simplemente se sentó en la casa, no dispuesto a participar. Krishna siempre está dispuesto para cualquier tipo de celebración, pero ese día, de alguna manera, no estaba dispuesto.

Rukmini vino y le preguntó: «¿Qué te ha pasado, mi Señor? ¿Qué es? ¿No vas a participar en la celebración?». Krishna dijo: «Me duele la cabeza». ¡No sabemos si realmente tenía dolor o no! Quizás lo tuvo pero también es capaz de fingirlo.

Krishna dijo: «Alguien que realmente me ame debe quitarse un poco de polvo de los pies y frotarlo en mi cabeza. Se pondrá bien».

Rukmini dijo: «Llamemos al médico». Entonces los médicos vinieron. Intentaron darle esta medicina, aquella medicina. Krishna dijo: «No, todas estas cosas no funcionarán en mí». Entonces la gente preguntó: «¿Qué debemos hacer?». Para entonces ya se había reunido mucha gente. Vino Satyabama, vino Narada: «¿Qué pasó?, ¿qué pasó?». Todos estaban ansiosos. «Krishna tiene dolor de cabeza, ¿qué debemos hacer?».

Krishna dijo: «Alguien que realmente me ame debe quitarse un poco de polvo de los pies y frotarlo en mi cabeza. Se pondrá bien». Satyabama dijo: «¡Qué tontería! Te amo, pero de ninguna manera me voy a quitar el polvo de los pies y a ponerlo en tu cabeza. No podemos hacer tales cosas». Rukmini lloró: «¿Cómo podemos hacer esto? Es un sacrilegio. No podemos hacer esto». Narada retrocedió: “No quiero hacer semejantes cosas. Eres el mismísimo Señor. No sé qué esté involucrado en esto. No sabemos cuál es la trampa. Tal vez pongo el polvo de mis pies en tu cabeza y arda en el infierno para siempre. No quiero hacer semejantes cosas».

Se corrió la voz. Todos estaban horrorizados. «No vamos a hacer semejantes cosas. Lo amamos, pero no queremos ir al infierno por hacer semejante cosa». La celebración estaba esperando a que llegara Krishna, pero Krishna simplemente estaba sentado allí con un dolor de cabeza.

Entonces la noticia llegó a Vrindavan y las Gopis se enteraron de que Krishna tenía dolor de cabeza. Radhe simplemente se quitó el pallu, lo puso en el suelo y todas las Gopis bailaron salvajemente sobre él. Se lo dieron a Narada y dijeron: «Toma esto y átalo alrededor de su cabeza». Narada trajo esto y lo ató alrededor de la cabeza de Krishna, ¡y Krishna se puso bien!

Él siempre dejó claro lo que más valoraba. Aunque se movía entre reyes, aunque le ofrecieron reinos, él no los aceptó. Pero esto era lo más preciado para él.