Sadhguru analiza cómo la mayoría de la gente tiene éxito por accidente y, por lo tanto, está sufriendo su éxito. Él explica que, a menos que organicemos nuestra mente, no podemos ser de verdad exitosos y disfrutar del éxito.

Sadhguru: Tu capacidad de hacer algo en el mundo depende, en esencia, de la medida en que seas capaz de encauzar tu cuerpo y tu mente hacia tu objetivo y, después de eso, aprovechar la situación en la que existes. Pero lo más fundamental es que tu cuerpo y tu mente funcionen, no solo de la mejor manera posible, sino de la forma en que tú quieres que lo hagan. Cuando digo «de la forma que tú quieres», hay muchas formas de comprobarlo.

Probemos un sencillo experimento. Durante los próximos 10 segundos, no pienses en monos. Haz la prueba. Cierra los ojos y no pienses en un mono durante los próximos 10 segundos...

¿Puedes hacerlo? Tu mente está llena de monos, ¿verdad? Tu mente no está haciendo lo que tú quieres que haga. Si dices: «No quiero monos», solo pensará en monos. ¿Te has dado cuenta de esto? Esto no es solo un problema tuyo. Todo el mundo lo sufre. Cuando están en la oficina quieren irse a casa. Cuando están en casa piensan en la oficina.

Hace algún tiempo, pasé medio día con uno de los clubes de fútbol de la Liga Premier inglesa. Tenían un talento razonablemente bueno, pero no les había ido bien en los últimos años. Pasé medio día con ellos, simplemente observando cómo practicaban y jugaban. Eran buenos, sabían jugar fútbol, ese no era el problema. Pero estaban nerviosos, dando patadas al balón de un lado a otro y, cada vez que no iba a donde ellos querían, yo escuchaba groserías volando por todas partes. Y, al día siguiente, jugaban contra otro equipo ¡lleno de estrellas conocidas que podían dar la vuelta al partido sin ayuda de nadie! Les hice sentarse y les dije algunas cosas sencillas sobre ellos mismos durante una hora y media. No le habían ganado al otro equipo en cuatro años y medio, pero, al día siguiente, ganaron el partido por 1-0.

Éxito accidental

El problema es justamente este: la mente se mete en todo lo que no debería, pero no hace lo que debería hacer. Lo que ocurre en tu mente debería ser cien por ciento de la manera que tú quieres que sea; pero, dentro de ti, ¿por cuántos momentos de malestar pasas en 24 horas? Irritación, ira, agitación, tensión, miedo, ansiedad: todos los diferentes tipos de malestar. Si te sientes desagradable cinco veces al día, de una forma u otra, el residuo se extiende a lo largo del día. Esto no se debe a que algo vaya mal en tu trabajo o con la gente que te rodea. Es, en esencia, porque tu mente se niega a recibir instrucciones de ti.

Tu mente no hace lo que tú dices; tú haces lo que sea que diga tu mente. Eso significa que eres un pésimo gerente.

Si ni siquiera puedes dirigir tu mente de la manera que quieres que vaya, la cuestión de que la vida ocurra de la manera que quieres es remota. Solo puedes tener éxito por accidente, no por intención. Cuando tienes éxito por accidente, vives con miedo. Hay personas que han aterrizado en lugares solo por accidente, y viven con una enorme ansiedad todo el tiempo, porque han tenido éxito por casualidad; no han llegado allí por su propio esfuerzo. De alguna manera llegaron allí, así que ahora tienen miedo todos los días. Pero, cuando tienes éxito por intención, tú sabes que puedes hacerlo. Si toda la cosa se desvanece mañana, la reconstruirás de nuevo. Cuando haces cualquier cosa por accidente, invariablemente, sufrirás el proceso. Si sabes conducir bien tu automóvil, puede ser una alegría. Pero, si no sabes conducir y lo haces accidentalmente, puede ser un enorme sufrimiento. Todo proceso de la vida puede convertirse en un enorme sufrimiento si lo haces accidentalmente. La gente tiene éxito por accidente. Es por eso que sufren su éxito. Si sufres tu fracaso es bastante malo; pero, si sufres tu éxito, entonces tu vida es 100% tragedia.

Sufrimiento autocreado

Hay un enorme sufrimiento en las personas llamadas «exitosas». ¿Por qué? Porque administran grandes industrias y enormes corporaciones, pero no saben administrar su propia mente. Eso significa que su administración es por accidente, no por intención. Dirigir una industria o una corporación significa, en esencia, que tienes que dirigir diez mil mentes. Si no sabes dirigir tu propia mente, ¿cómo vas a dirigir la situación exterior?

Si te estás causando desdicha a ti mismo, obviamente no sabes cómo manejar tu mente. Nadie puede causarte sufrimiento. La gente te lanza varios tipos de situaciones, pero siempre eres tú quien te causas el sufrimiento a ti mismo. Por ejemplo, si yo te llamo «idiota», te causarás sufrimiento a ti mismo. La palabra «idiota» no causa sufrimiento. Si no supieras español y alguien te llamara «idiota», podrías pensar que te está diciendo «buenas tardes». Por lo tanto, si te estás causando sufrimiento a ti mismo, las cosas básicas dentro de ti están obviamente fuera de control. No están ocurriendo de la manera que deseas que ocurran. Cualquier instrumento en tu vida te es útil solo si recibe instrucciones de ti y es manejado por ti. Por favor, fíjate, el estado de tu mente es tal que dice sus propias cosas, no te escucha. Tu mente no hace lo que tú dices; tú haces lo que sea que diga tu mente. Eso significa que eres un pésimo gerente. Si eres así, solo manejarás las situaciones externas por accidente.

Una mente organizada

En el yoga, una mente bien establecida se denomina Kalpavriksha. Si llevas tu mente a un cierto nivel de organización, esta a su vez organiza las otras tres dimensiones de tu sistema: tu cuerpo, emoción y energías.

Si organizas tu mente en una sola dirección y, a su vez, organizas todo el sistema en esa dirección, cualquier cosa que desees sucederá.

Una vez que estas cuatro dimensiones están organizadas en una sola dirección y se mantienen inamovibles durante un cierto período, cualquier cosa que desees sucederá. Ni siquiera tienes que levantar el dedo meñique. Sin tener que hacer ninguna actividad, puedes manifestar lo que deseas. El problema con tu mente, ahora mismo, es que cambia de dirección a cada momento. Si vas caminando a algún sitio y cambias de dirección cada dos pasos, las posibilidades de llegar a tu destino son muy remotas, a no ser que ocurra por accidente. Pero, si organizas tu mente en una sola dirección y, a su vez, organizas todo el sistema en esa dirección, cualquier cosa que desees sucederá.

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