Cuando la vida se divide entre esto y aquello, lo bueno y lo malo, uno nunca conocerá el silencio, explica Sadhguru.

Sadhguru: Ha habido maestros que enseñaron la bondad a la gente. Ha habido otros que enseñaron la maldad a la gente. Sin embargo, también ha habido maestros que hicieron todo lo posible para destruir tanto el bien como el mal para que la vida pudiera suceder como debería, no por algunos principios de bondad o algunos pensamientos y emociones del ego. Solo entonces uno sabrá lo que significa estar en silencio dentro de uno mismo. La gente buena no puede estar en silencio. La gente malvada no puede estar en silencio. Solo aquellos que no prestan atención a ninguna de las dos —bondad o maldad—, que solo prestan atención al proceso de la vida, pueden estar verdaderamente en silencio.

Esto y esto

Silencio significa que no tienes en marcha ninguna cosa propia. Silencio no significa que no escucho el canto de los pájaros, o el estruendo y tronido del sol al amanecer. Silencio simplemente significa que yo dejé de hacer ruido. Todos los ruidos comenzaron, fundamentalmente, porque has creado una división entre esto y aquello. Cuando hay esto y aquello, no puede haber silencio. Solo donde hay esto y esto puede haber silencio.

Silencio simplemente significa que yo dejé de hacer ruido.

En todas partes, sigue surgiendo esta misma pregunta: «¿Cuánta espiritualidad debo hacer?». Por mucho que hagas, estarás en problemas. Solo debes hacer esto y esto. Todo lo demás debería encajar en ello, entonces está bien. Si haces esto y aquello, estarás en confusión; no funcionará. Aquellos que trataron de enseñar la bondad a la gente tomaron ese modo, en general, porque la sociedad, en ese momento en particular, estaba en tal estado de desviación que, para dar una apariencia de orden al sistema social y también para sacar a la gente del enredo en que estaba, simplemente enseñaron lo contrario.

Cuando había personas a las que se les enseñó «ojo por ojo», y un hombre vino y dijo: «Si alguien te abofetea en una mejilla, muéstrale la otra», fue solo para destruir el enredo existente que la gente tenía. Si lo hubieran dejado vivir un poco más, también les habría dicho cómo abofetear a alguien cuando fuera necesario. O, tal vez, simplemente enseñó lo que realmente se necesitaba. Las otras partes las habrían aprendido de todos modos.

Las ideas de lo bueno y lo malo

Cada idea de bondad solo genera diferentes niveles de prejuicio. Una vez que identificas una cosa como buena, otra como mala, tu percepción se distorsiona por completo. No tienes oportunidad de librarte de eso. No importa lo mucho que la mires, así es como parecerá. Para destruir esto, creamos el yoga. Es por eso que Shiva, el primer maestro de yoga, es conocido como «el destructor». Toda la idea del yoga es destruir todas estas cosas que inicialmente se ven maravillosas pero que, después de un tiempo, son la base de tu enredo.

Cuando Shiva expuso el yoga, lo hizo de muchas maneras. En un nivel, dijo: «Está muy cerca». Le dijo a Parvati: «Solo siéntate en mi regazo, eso es todo, eso es yoga». Esto parece el truco de un hombre para tener a la mujer en su regazo. No, porque no solo la mantuvo en su regazo. Él renunció a una parte de sí mismo y la convirtió en una parte de sí mismo. Cuando ella le hizo todo tipo de preguntas, él le dijo: «No te preocupes, solo siéntate aquí, eso es todo. Solo siéntate en mi regazo, todo está arreglado». Pero a otra persona le enseñó métodos elaborados, mientras hablaba de la verdad como si estuviera a un millón de kilómetros de distancia, cómo hay un millón de pasos intrincados que se deben tomar. El mismo hombre habla de dos maneras.

No es necesario dirigirse a la verdad

Esta es la parte más hermosa: él no se dirige a la verdad; se dirige a las personas que están sentadas frente a él, porque no se puede y no es necesario dirigirse a la verdad. Este es el error que el mundo ha cometido. Han tratado constantemente de dirigirse a lo Supremo. Nunca se han dirigido a la gente. Siempre trataron de dirigirse a Dios, que es su idea de lo Supremo. En el momento en que te diriges a lo Supremo, entrarás en todo tipo de distorsiones imaginarias.

Dirigirse a cada ser individual como es ahora mismo, no dirigirse a lo Supremo, es la esencia de las ciencias yóguicas.

El sistema yóguico nunca se dirige a lo Supremo. Solo se dirige a la gente. No hay necesidad de hacer nada sobre lo Supremo: es lo Supremo. A quien hay que dirigirse es al que ahora mismo está en ciertos estados de limitaciones. Si vas a un médico, se supone que debe mirarte. No esperas que cierre los ojos y rece. No es para eso que acudiste a él. Quieres que mire tu cuerpo y averigüe qué te pasa.

Del mismo modo, son las personas quienes están pasando por muchas cosas. Lo Supremo no está teniendo dificultades. Son los individuos quienes están teniendo dificultades. Es este ser individual el que atraviesa por turbulencias cada vez que sucede una pequeña cosa. Es a este ser individual al que hay que dirigirse. Dirigirse a cada ser individual como es ahora mismo, no dirigirse a lo Supremo, es la esencia de las ciencias yóguicas.

 

Nota del editor: Encuentra más de las perspectivas de Sadhguru en el libro electrónico From Creation to Creator (De la creación al creador), disponible en la sección de descargas de Isha. Paga lo que quieras y descárgalo. Introduce «0» o haz clic en «Reclamar gratis» para una descarga gratuita. (Aún no está disponible en español).