Sadhguru: En el Yoga, vemos el cuerpo como cinco dimensiones o cinco envolturas. El cuerpo físico se conoce como Annamaya Kosha. «Anna» significa la 'comida', así que este es el cuerpo de la comida. El siguiente se llama Manomaya Kosha o el cuerpo mental. El tercero se llama Pranamaya Kosha, que significa el 'cuerpo de energía'. El cuerpo físico, mental y de energía son dimensiones físicas de la vida. Por ejemplo, puedes ver claramente que la bombilla es física. La electricidad, los electrones que fluyen por el cable, también es física. También lo es la luz que emana de la bombilla. Las tres son físicas. Del mismo modo, el cuerpo físico es denso, el cuerpo mental es más sutil y el cuerpo pránico es aún más sutil, pero todos tienen una existencia física. El karma de una persona está impreso en el cuerpo, en la mente y en la energía. La huella kármica o estructura kármica es el cemento que te sujeta al cuerpo físico. Aunque el karma es una esclavitud, al mismo tiempo es solo debido a la sustancia kármica que puedes aferrarte al cuerpo y estar aquí.

Cuando alguien muere, decimos: «Esta persona ya no existe». Eso no es verdad. La persona ya no es como la conoces, pero sigue existiendo.

Las dos dimensiones siguientes se llaman Vignanamaya Kosha y Anandamaya Kosha. Vignanamaya Kosha es no física, pero está relacionada con lo físico. «Vishesh Gnana» o «vignana» significa 'conocimiento extraordinario' o 'conocimiento de lo que está más allá de las percepciones de los sentidos'. Este es el cuerpo etérico. Es un cuerpo transitorio, una transición de lo físico a lo no físico. No es ni físico ni no físico. Es como un vínculo entre los dos. Anandamaya Kosha es el cuerpo de dicha y es completamente no físico. No tiene forma propia.

¿Hay vida después de la muerte?

Cuando alguien muere, decimos: «Esta persona ya no existe». Eso no es verdad. La persona ya no es como la conoces, pero sigue existiendo. El cuerpo físico se desmorona, pero el mental y el pránico continúan, dependiendo de la fuerza del karma. Para encontrar otro vientre, la intensidad de esta estructura kármica debe disminuir, debe volverse pasiva. Si la estructura kármica se ha debilitado porque ha seguido su curso, entonces encuentra otro cuerpo muy fácilmente. Cuando uno completa su karma asignado para esta vida, morirá de repente, sin enfermedad, accidente o lesión. Esa persona puede encontrar otro cuerpo en cuestión de horas.

Si uno completa su vida y muere pacíficamente, no tiene que esperar, continua inmediatamente. Sin embargo, si la estructura kármica es muy intensa, si está inconclusa, entonces tiene que terminarla. Ahora, necesita mucho más tiempo para encontrar otro cuerpo. Esto es a lo que te refieres como fantasmas. Ellos están más disponibles para tu experiencia, porque tienen estructuras kármicas más intensas. Hay innumerables seres así a tu alrededor, lo sepas o no, pero no sentirás a la mayoría de ellos, porque su karma está disipado. Ellos solo están esperando que se disipe más, antes de encontrar otro cuerpo.

¿Adónde vamos cuando morimos?

Este cuerpo es un pedazo de Tierra que hemos recogido poco a poco. Lo que hemos recogido en el cuerpo tenemos que devolverlo átomo por átomo. En lo que respecta a la mente, el intelecto discrecional también se pierde con el proceso de la muerte. Toda la información acumulada —el cuerpo más sutil y la mente más sutil, y la información que llamamos karma, el software— sigue intacta, pero la discreción ha desaparecido.

Si entras en un estado agradable de existencia, se llama cielo. Si entras en un estado desagradable de existencia, se llama infierno.

Si pierdes esta discreción, en ese momento entras en un estado de depresión compulsiva. Ahora te guiarás por tus tendencias, sea cual sea el tipo de cualidad que hayas acumulado. Así que, cuando pierdes tu cuerpo, también pierdes tu intelecto discrecional; después de eso, funcionas solo por tus tendencias, en cualquier dirección que te empujen, dependiendo del tipo de software que tengas.

Ya que no hay más discreción ni discernimiento, si pones una gota de agrado en la mente de alguien que ha dejado el cuerpo, este agrado se multiplicará un millón de veces. Si pones una gota de desagrado, ese desagrado se multiplicará un millón de veces. Es un poco como con los niños: salen a jugar hasta que están exhaustos y no pueden seguir, porque no tienen el discernimiento necesario para saber cuándo es el momento de parar.

Después de la muerte, el discernimiento está completamente ausente, incluso más que en un niño. Entonces, cualquier cualidad que pongas en la mente se multiplicará un millón de veces. Esto es a lo que se denomina cielo e infierno. Si entras en un estado agradable de existencia, se llama cielo. Si entras en un estado desagradable de existencia, se llama infierno. No se trata de ubicaciones geográficas, sino de realidades vivenciales que atraviesa una vida que se ha desencarnado.

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